Son las 3 de la madrugada en una urbanización a las afueras de la ciudad y suena el timbre de la casa.
El dueño se despierta y al abrir la puerta se encuentra con un desconocido, borracho, diciéndole:
-¿ Señor, por favor, me haría el favor de empujarme un poco, que... ?
El señor le interrumpe indignado:
- ¿Pero como se atreve a tocar a mi puerta a las 3 de la mañana ?
Yo a usted ni lo conozco y tengo que levantarme temprano.
Deje de molestarme y lárguese!
El borracho se disculpa y se va obediente y cabizbajo.
El dueño regresa a su cuarto, muy molesto; se queda insomne y empieza a sentir un poco de remordimiento de conciencia y piensa:
"¿Y si me hubiera pasado a mi?
¿Si mi coche se quedara tirado con tanto frío y de madrugada y nadie me ayudara a empujarle? Debemos ayudar al prójimo...
¡sabe Dios lo lejos que estará de su casa... ".
Total, que decide salir a buscar al borracho.
Abrió la puerta y ya no había nadie, todo estaba a oscuras, y decidió gritar:
Eh Buen hombre!!!
¿ Donde esta el que necesita que le empujeeeeeeee??
...
...
...
Y en eso se oye desde el jardín de la casa al borracho:
- Aquiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!... En su columpioooo!!
Y es que todos necesitemos que nos den algún empujón cuando lo necesitamos.
A menudo nos quedamos atascados en los problemas , sin movernos ni para adelante
ni para atrás...hundidos en las dudas y en la desesperanza.
Por eso agradecemos un consejo, - bueno, malo, o regular -,
que nos haga reflexionar, nos invite a reaccionar, a tener perspectiva.
La mayoría de las veces lo importante no es el consejo en sí, que depende de muchos factores y que generalemente no nos descubre nada que no sepamos,
lo importante es la persona que nos da ese empujón que necesitamos en determinados momentos, y al que debemos estar siempre bien agradecidos.
Pero es que esos consejos de toda la vida,
se han incorporado como tratamiento médico.
El entrenamiento en resolución de problemas es una estrategia de intervención clínica que consiste en la presentación y práctica de un método general, estructurado en una serie de pasos, con el fin de ayudar al cliente paciente a resolver sus propios problemas vitales.
Paciente:- Doctor, estoy perdiendo la memoria
Doctor:- ¿Desde cuándo?
Paciente: - Desde cuando ¿qué?
PRIMERO
Definir el problema, de forma precisa y en términos concretos,
observables e idealmente medibles.
SEGUNDO
Desarrollar soluciones alternativas ("tormenta de ideas"). Se trata de llegar a la mayor variedad de posibles soluciones.
En esta etapa, ninguna idea es mala, por estúpida que parezca,
pues cualquiera de ellas podría ser la solución.
TERCERO.
Tomar una decisión y ejecutar.
Se decide proceder, después de evaluar la idea más factible y más probable de tener éxito.
CUARTO.
Evaluar los resultados.
QUINTO.
Reiniciar el proceso, de encontrarse necesario
(gracias a la etapa anterior donde se evalúa el éxito de la implementación).
La terapia de solución de problemas es una estrategia donde se aplica una versión simplificada del método científico, adaptada a problemas prácticos cotidianos.
Porque no siempre se pueden estar pidiendo consejo, ni recibiendo, así que uno debe aprender a detectar el problema y buscar posibles soluciones.
De todas formas, nadie es buen juez en causa propia, ni autosuficiente, por eso en la vida real es una enorme satisfacción contar con el criterio de una persona que nos conoce y de la que nos fiamos.
Pero después de todo, esta terapia de la solución de problemas,
no deja de ser un buen consejo que uno podrá dar o recibir,
porque un consejo no es más que alguien nos enciende una luz
que nos permite ver la realidad,
con nuestros propios ojos
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