Un argumento muy antiguo para tratar de demostrar la existencia de Dios es el llamado argumento cosmológico, de Tomás de Aquino.
Este se basa en el siguiente razonamiento:
1. Todo tiene una causa.
2. Ninguna causa puede crearse por sí misma.
3. (por lo tanto) Todo es causado por otra cosa (causa y efecto)
4. Una cadena de causa y efecto no puede ser infinita.
5. Debe de existir un inicio o primera causa.
6. La primera causa puede ser definida como Dios al cumplir con su definición.
Aunque este argumento ya ha sido rebatido, por ejemplo por Hume, la física cuántica nos da un nuevo argumento al negar el primer axioma.
No todo tiene una causa.
Si el átomo de nuestro experimento mental explota o no no tendrá ninguna causa, simplemente pasará.
La explosión de la bomba sí tendrá una causa, la desintegración del átomo, pero no tendrá una causa primera.
Obviamente al probar erróneo el primer axioma todo el argumento
se desmorona.
Sin duda aún estamos muy lejos de entender el origen del universo.
Las teorías actuales sólo nos pueden llevar hasta justo después del Big Bang, pero no a ese momento en si.
Sin embargo lo que sí sabemos es que no es necesaria una causa para que ocurra un fenómeno u otro, no al menos al nivel cuántico.
Sin duda en el Big Bang los efectos cuánticos debían ser tremendamente importantes, al ocurrir en un tamaño infinitamente pequeño.
Así pues, sin ser un argumento a favor o en contra de la existencia de Dios,
sí podemos afirmar que el universo no tuvo porqué tener una causa.
Por supuesto todo esto se presta al debate.
El indeterminismo en la física cuántica
La física cuántica da lugar a una nueva interpretación de la probabilidad como algo intrínseco a los sistemas en sí.
Si revisamos el post anterior sobre la coherencia, veremos que la física cuántica defiende que el resultado de algunos experimentos no se puede predecir con exactitud, sólo las probabilidades.
La pregunta entonces sería, ¿no será esto también prueba de nuestro desconocimiento? Así pensaban grandes genios del siglo XX, como Einstein
o Schrödinger, y defendían que había que completar la teoría para poder determinar así los resultados de manera exacta.
Al parecer se equivocaban.
Si leemos también el post anterior sobre el entanglement, veremos que los últimos experimentos sobre el tema desechan esta opción.
La cuestión resumida es la siguiente: Se han hecho experimentos que violan unas desigualdades, las desigualdades de Bell, esto indica que o bien el mundo es indeterminista en si o bien hay información que viaja a velocidad superior
a la de la luz. Como lo segundo nos lleva a un mundo de paradojas y viajes temporales hemos de quedarnos con la primera opción, no se pueden predecir los resultados de estos experimentos.
Con esto quiero dejar claro que no es que la física cuántica no pueda y los físicos, en nuestro increíble ego, pensemos que nunca nadie será capaz, es que los resultados experimentales indican que no se puede ni se podrá nunca.
Para ser justos he de decir que todos los experimentos realizados hasta
la fecha tienen algún tipo de pega (loophole en inglés)
y no son 100% concluyentes.
También he de añadir que hay bastante gente trabajando en esto y que los más optimistas fijan un par de años como la fecha en la que tendremos un experimento sin loopholes.
¿Cómo afecta esto al determinismo? Pues en mi opinión lo destruye.
La cuestión es que aunque el mundo cuántico es no-determinista nosotros nos movemos en un mundo más grande, donde hay que promediar la estadística de cada caso concreto y esto nos puede dar en cierta medida una capacidad de predecir. Sin embargo aunque eso sea lo normal no es así en cualquier caso, para eso me he inventado un simple experimento mental:
- Primero haremos como Schrödinger con su gato, pero en plan bestia. Cogeremos un átomo radiactivo, tal que en un minuto tenga una probabilidad de un 50% de desintegrarse.
Lo conectaremos a un detector que nos dirá si se desintegra o no el átomo.
- Conectamos el detector a una bomba atómica (o un "laser") de las más grandes que se te puedan ocurrir (ya digo que es como Schrödinger pero
a lo grande), si se detecta la desintegración durante el primer minuto
la bomba explota, si no se desactiva.
Aunque en general el mundo macroscópico no entiende de las probabilidades cuánticas nosotros con nuestro ingenio hemos conseguido maximizar sus efectos. Aunque la explosíon de la bomba tiene una causa, la desintegración del átomo, esta no tiene ninguna y es imposible de predecir.
El demonio de Laplace, pobrecito, no podrá determinar si el átomo
se desintegra o no y por lo tanto no sabrá si la bomba explota o no.
Imagino que nadie pensará que una explosión nuclear es algo sin importancia, así que queda claro que el futuro puede estar indeterminado.