Café y ...
Estoy sentado,
la cabeza apoyada en una mano.
Envuelto en el ensueño temprano
fija la mirada en un punto
impreciso entre los libros,
papeles apilados y
una partida de ajedrez sin terminar.
Sobre una hoja en blanco
decido hacer un mapa de mi vida:
las ciudades en las que viví
los desvíos, las mudanzas,
y el dibujo vacilante
que no representa para los demás
otra cosa que un garabato infantil,
con la forma vaga de un rostro,
para mí es un laberinto,
una brusca revelación.
Alfil come a la Torre.
La partida continúa..
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