viernes, 17 de abril de 2009

Año 2.012 y el Planeta X.




Si el Planeta X estuviese ahí fuera, ¿dónde estaría? Esta cuestión, propuesta por un investigador italiano, resulta que implica más cosas de las que se podría pensar. Al contrario que todas las exageraciones sobre 2012 que pululan por Internet, esta investigación está realmente basada en una cosita llamada ciencia. Analizando la precesión orbital de todos los planetas interiores del Sistema Solar, el investigador ha sido capaz de restringir la distancia hipotética mínima a la que un objeto, de la masa de Marte a la masa del Sol, podría estar situado en el Sistema Solar. Como ya sabe la mayor parte de la comunidad astronómica, los dos precursores del apocalipsis (el Planeta X y el gemelo malvado del Sol, Némesis) existen sólo en la hiperactiva imaginación de unos pocos individuos desinformados, no en la realidad.

El Planeta X y Némesis son objetos hipotéticos con gran soporte en antiguas profecías y teorías apocalípticas basadas en pseudociencia. Este podría ser el escenario actual, pero el Planeta X viene de unos inicios mucho más racionales.

El nombre “Planeta X” fue acuñado en realidad por Percival Lowell a inicios del siglo XX cuando predijo que podría haber un planeta masivo más allá de la órbita de Neptuno. Entonces, en 1930, Clyde Tombaugh parecía confirmar la teoría de Lowell; se había descubierto un planeta e inmediatamente se le llamó Plutón. No obstante, con el paso del tiempo, se fue haciendo lentamente patente que Plutón no era lo bastante masivo para explicar las observaciones originales de las perturbaciones de la órbita de Neptuno (la razón por la que Lowell predijo el Planeta X en un inicio). En las décadas de 1970 y 1980 las técnicas de observación moderna demostraron que las perturbaciones originales en la órbita de Neptuno eran un error de medida no causado por ningún cuerpo planetario masivo. La búsqueda del Planeta X terminó en gran medida con el descubrimiento de Plutón en 1930, pero nunca se cumplió la promesa en forma de cuerpo planetario masivo (a pesar de que las teorías apocalípticas totalmente erróneas digan otra cosa).

Ahora un investigador italiano ha publicado los resultados de un estudio que examina la dinámica orbital de los planetas del Sistema Solar interno, y los relaciona con la influencia gravitatoria de un cuerpo planetario masivo que orbita al Sol desde la lejanía.

Para abreviar una larga historia, si un cuerpo planetario masivo o una pequeña binaria hermana del Sol estuviesen cerca de nosotros, notaríamos su influencia gravitatoria en la dinámica orbital de los planetas. Puede haber algunas indicaciones indirectas de que un pequeño cuerpo planetario puede estar dando forma al Acantilado de Kuiper, y que una compañera binaria del Sol podría estar perturbando la Nube de Oort cada 25 millones de años aproximadamente (relacionándolo con las extinciones masivas cíclicas de la Tierra, posiblemente causadas por impactos cometarios), pero apenas se han encontrado pruebas astronómicas actualmente.

Lorenzo Iorio del Instituto Nacional de Física Nuclear en Pisa (Italia) ha tomado datos orbitales de muchos años de observaciones precisas y usó sus cálculos para predecir la distancia más cercana posible a la que un planeta masivo podría orbitar si estuviese ahí fuera.

El resultado es que todos los planetas de la masa de Marte y superior ya han sido descubiertos en el Sistema Solar. Iorio calcula que la distancia mínima posible a la que objetos de la masa de Marte, Tierra, Júpiter y Sol pueden orbitar son 62 UA, 430 UA, 886 UA y 8995 UA respectivamente. Para poner esto en perspectiva, Plutón orbita a una distancia media de 39 UA.

Por lo que si usamos un poco nuestra imaginación, podríamos decir que un Planeta X de suficiente tamaño podría estar patrullando en una lenta órbita el algún lugar más allá de Plutón. Pero existe un problema adicional para los teóricos de la conspiración del Planeta X. Si hubiese un objeto de tamaño suficiente (y por “suficiente” quiero decir de la masa de Plutón, siendo generoso), de acuerdo con una publicación de 2004 de David Jewitt, del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawai, habríamos observado tal objeto ya si orbitase a menos de 320 UA del Sol.

De pronto, la sugerencia de que el Planeta X puede hacer su aparición en 2012 y la loca idea de que algo mayor que Plutón ya está a 75UA parece bastante estúpida. Lo siento, desde aquí a unos cuantos cientos de UA de distancia, sólo estamos nosotros, los planetas conocidos y una buena cantidad de asteroides (y tal vez los extraños plutinos) para acompañarnos.

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