La figura muestra una puerta lógica OR implementada mediante
dos factores de transcripción distintos (arriba)
o dos quinasas (abajo).
La plasticidad en la regulación de la transcripción de genes
y la fosforregulación de proteínas permite emular circuitos lógicos
combinacionales muy complejos.
Poco a poco los biólogos están utilizando técnicas de lógica booleana
y circuitos combinacionales para desvelar
los secretos de esta plasticidad de la regulación
en las redes genéticas y de transcripción que controlan a las células,
que les permite adaptarse a un entorno que cambia continuamente.
Aún así, todavía estamos lejos de comprender estos procesos
en toda su complejidad.
Por ejemplo, Liam J. Holt et al. “Global Analysis of Cdk1 Substrate Phosphorylation Sites Provides Insights into Evolution,” Science 325: 1682-1686, 25 September 2009 (de cuya información suplementaria he extraído la figura),
han identificado en una molécula, 308 Cdk1, hasta 547 posiciones de fosforilación
in vivo, es decir, esta molécula podría encontrarse in vivo hasta
en 2547 configuraciones posibles.
¡Y sólo es una molécula!
Afortunadamente la evolución no hace
uso de todas estas configuraciones.
Aún así, el número de posibles configuraciones cuando tenemos
en cuenta múltiples moléculas es enorme.
Una red booleana más compleja que la de un Pentium.
Quizás, como en el caso del Pentium,
su estructura modular es suficientemente sencilla
como para que podamos soñar que algún día la comprenderemos.
by.francisthemule
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