Si bien nunca ha caído, y no sabe lo que es el vacío.
¿Será bueno?
¿Será malo?
¿Cómo voy a saberlo si no caigo?
Pero si caigo, ¿sabré volver?
¿Habré perdido mi capacidad de rizar el rizo?
Por fin el equilibrista,
un día, se deja caer,
llevándose todo su equilibrio para equilibrar al abismo.
¡¡¡ HASTA MAÑANA !!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario