sábado, 24 de octubre de 2009

Los Gatos pueden oler por la boca...


Si te gustan los animales y compartes tu hogar con uno o varios gatos o cuando vas
a casa de algún amigo o familiar juegas
con sus mascotas felinas, probablemente
te habrás percatado de que cuando huelen algo se quedan con la boca abierta o dejan de comer cuando están resfriados.

¿Nunca se han cuestionado el por qué de su actitud ante estas situaciones?

Antes de desarrollar el tema que nos concierne,
quisiera aclarar que los gatos son muy sensibles a determinadas enfermedades
y manifiestan síntomas que nos permiten intuir fácilmente que su salud
se resiente.

La falta de apetito es la manifestación más habitual de enfermedades
leves o graves, por lo que nuestra intervención será decisiva para la realización de un diagnóstico precoz y la aplicación de un tratamiento efectivo.

Los gatos disponen de un sistema olfatorio muy desarollado
que influye directamente en su relación con el entorno.

Además de la nariz, disponen de un sistema accesorio para captar estímulos olfatorios denominado órgano de Jacobson u órgano vómero-nasal.

Alteraciones en el mismo pueden incidir negativamente
en su comportamiento.



Esta estructura se encuentra en el paladar, detrás de los dientes,
tal y como podemos observar en la ilustración (subrayado en rojo).

La parte superior de la imagen corresponde con la parte delantera
de los dientes superiores y la parte inferior comprende el inicio del cuello.

Cuando los gatos huelen detenidamente algo,
además de abrir la boca, normalmente arrugan la nariz,
cierran ligeramente los ojos volviéndose rasgados, se sientan sobre sus patas traseras y mantienen una actitud contemplativa.

Este comportamiento recibe el nombre de reacción de Flehmen,
que favorece la entrada del aire que inspira el gato para que el órgano
de Jacobson capte los olores externos y envíe la información al cerebro.

¿Por qué cuando el gato está resfriado no come?

Secillamente, porque al tener dificultades para oler,
pierde el interés por ingerir alimentos que previamente no puede olfatear.

El gato dispone de 19 millones de terminaciones nerviosas
en sus fosas nasales,
mientras que el ser humano tan sólo dispone de 5 millones.

Este dato demuestra el gran desarrollo olfatorio de los felinos,
incluso muy por encima del nuestro.

Si nosotros pensamos que percibimos los olores
con una intensidad adecuada,

¿cómo interpretarán los gatos las sensaciones olfatorias?

reflexiona-y-expresate

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