Durante más de 20 años, la ciudad subterránea de Pekín, un refugio antibombas construído justo bajo el centro de la capital china, ha sido prácticamente olvidada por los ciudadanos locales a pesar de ser muy conocido entre los extranjeros, ya que parte de ella se abrió oficialmente al público el año 2000.
Conocida como la Gran Muralla subterránea, ya que su finalidad era también la defensa militar, este complejo, convertido en una reliquia de las eternas disputas fronterizas entre China y la ya extinta Unión Soviética, es la consecuencia de una seria refriega entre los ejércitos de ambos países tras la que el
Presidente Mao Tse-tung ordenó la construcción de refugios por toda la nación para proteger a la población en caso de sufrir un ataque nuclear.
Construído entre los años 1969 y 1979 por más de 300.000 ciudadanos locales -casi los mismos que podía albergar por espacio de cuatro meses- que prestaron su ayuda de forma totalmente voluntaria, abarca un área de 85 Km2
a una profundidad de entre 8 y 18 m., su red de túneles alcanza los 30 Km.,
y se equipó con innumerables dormitorios, hospitales,
depósitos de alimentos, silos, escuelas, depósitos de agua potable y hasta un cine.
Se podía acceder a su interior a través de 90 entradas ocultas
en pequeñas tiendas e incluso en viviendas bajas, y aunque
casi todas han sido cerradas, todavía quedan resquicios
por los que han accedidos okupas que se han establecido allí.
aquìestuveayer
Conocida como la Gran Muralla subterránea, ya que su finalidad era también la defensa militar, este complejo, convertido en una reliquia de las eternas disputas fronterizas entre China y la ya extinta Unión Soviética, es la consecuencia de una seria refriega entre los ejércitos de ambos países tras la que el
Presidente Mao Tse-tung ordenó la construcción de refugios por toda la nación para proteger a la población en caso de sufrir un ataque nuclear.
Construído entre los años 1969 y 1979 por más de 300.000 ciudadanos locales -casi los mismos que podía albergar por espacio de cuatro meses- que prestaron su ayuda de forma totalmente voluntaria, abarca un área de 85 Km2
a una profundidad de entre 8 y 18 m., su red de túneles alcanza los 30 Km.,
y se equipó con innumerables dormitorios, hospitales,
depósitos de alimentos, silos, escuelas, depósitos de agua potable y hasta un cine.
Se podía acceder a su interior a través de 90 entradas ocultas
en pequeñas tiendas e incluso en viviendas bajas, y aunque
casi todas han sido cerradas, todavía quedan resquicios
por los que han accedidos okupas que se han establecido allí.
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