viernes, 12 de febrero de 2010

ADN EVOLUTIVO

A Gustavo, desde siempre

El tiempo nos creó
hace eones dispersos, en estrellas
y pronto comenzamos a danzar
con galaxias oscuras y enigmáticas.

Las eras avanzaban
vertiginosamente
sobre nuestro adn evolutivo.

Cada milenio amé tus labios suaves,
tu protección tan cálida,
tu amor sin condiciones.

Entre siglos pudimos cortejarnos
en los bailes de máscaras y el fuego,
a través del progreso y de las guerras,
en conflictos armados y en la paz.

Las décadas supieron de nosotros.
Sabíamos en niebla
que estábamos ya vivos, presintiéndonos.

Hubo años muy nostálgicos
con sueños adheridos a pétalos de iris,
tu presencia se hacía necesaria,
mi voz era ya culto de la diosa.

Te conozco hace meses,
me hablaste desde el fondo del silencio,
me invitaste a ser río entre los árboles.

Sombrías son las últimas semanas,
tan sólo quiero verte sano y salvo.

Hay días que transcurren sin la luz,
respiro ya de un modo imperceptible.

Las horas se hacen largas,
ojalá que el destino te libere.

Los minutos cabalgan a su ritmo
hacia su conclusión inevitable.

Te visualizo en todos los segundos
retomando tu vida hacia lo abierto.


Ana Muela Sopeña

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