Los números primos son perlas en el mar de los números que los matemáticos se afanan por recoger. Stanislaw M. Ulam construyó con ellos un collar en espiral y, por un momento, creyó haber desvelado su secreto.
Su bella creación finalmente acabó añadiendo mas misterio y los matemáticos siguen navegando sin un mapa del tesoro.
La espiral de Ulam, descrita por el matemático polaco estadounidense Stanislaw Marcin Ulam (1909-1984), es una de las raras propiedades de los números primos.
Ulam, mientras estaba aburrido en una conferencia matemática, comenzó a realizar una espiral de números naturales en su cuaderno, sorprendiéndose del resultado, ya que descubrió que si se escriben todos los números naturales en una espiral, con el 1 en el centro, el 2 a su derecha, el 3 arriba, el 4 encima del 1, el 5 a la izquierda, y así sucesivamente, y marcas todos los primos, éstos tienden a caer en diagonal.
Desde la invención de esta disposición en espiral, se relacionaron las diagonales con formas cuadráticas, y en concreto, con las fórmulas clásicas de generación de números primos, como n2 + n + 17, que produce primos hasta n=16, en el que falla: 19, 23, 29, 37, 47,....
Igual ocurre con otras fórmulas generadoras de primos, como n2 - n + 41.
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