Una mujer de 40 años tiene un paro cardíaco y se la llevan al hospital.
Mientras está siendo atendida por los especialistas, tiene una visión donde ve un túnel y una luz brillante al final; está a punto de morir.
De repente se encuentra con Dios y le pregunta:
- ¿Dios, podría vivir más?
Siempre he sido muy buena persona y me quedan muchas cosas por hacer.
Dios se apiada de la mujer y le dice:
- Tranquila, vivirás 40 ó 50 años más…
¡Vuelve a la vida!
La mujer resucita milagrosamente, y aprovechando que estaba en la clínica, decide hacerse unos arreglitos.
Se quita las cartucheras con una liposucción e igualmente consigue reducirse la barriga.
La mujer empieza a tomarle el gusto a esto de las operaciones para estar bella, y decide someterse a una cirugía estética completa.
Se pone tetas, se realza el trasero, se hace la nariz más fina, engorda los labios hasta convertirlos en carnosos y se quita todas las arrugas de la cara,
que sus pómulos parecen el culito de un bebé.
Ya que está, decide irse a centros estéticos donde le practican tratamientos y masajes contra la celulitis, la piel de naranja, las varices, las manchas de la piel…
Se opera el estómago para comer menos y se le pone un cuerpazo de quitar el hipo.
Si hasta que se quitó dos costillas como la Thalia y todo…
La mujer era casi otra persona, radiante, alegre, lozana, atractiva.. había rejuvenecido varios lustros.
Si llegó a tintarse el pelo de rubio, que parecía Claudia Schiffer.
Total, se decía a sí misma, ya que iba a vivir otros 50 años, tenía que estar bien guapa para disfrutar de la vida, con esta nueva oportunidad de vivir, no quería malgastarla.
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