Que el universo es demasiado enorme como para no contener otras civilizaciones es un argumento típico bastante popular para defender
la existencia de inteligencias extraterrestres.
Ese mismo hecho implica que la coincidencia temporal de dos civilizaciones
o es improbable, o si fuese probable nos conduciría a una paradoja:
la paradoja de Fermi.
La ausencia de evidencia de que otras civilizaciones hayan llegado hasta aquí y de que al menos en nuestro grupo local de galaxias la ausencia de señales de radio de al menos 10²⁵ W de potencia sea patente
--según los datos de SETI--,
no son en sí misma evidencia de ausencia,
pero sí que se convierten en datos a tener en cuenta cuando
se convierten en el resultado esperable de numerosas líneas argumentales.
Otro de los argumentos típicos de los optimistas es que nuestro conocimiento de la vida en el universo se limita a un solo ejemplo.
Creo que el astrofísico Charles Linewaver desmonta
de forma elocuente esa otra línea de razonamiento en:
En primer lugar, se asume normalmente por los optimistas que,
dado el tiempo suficiente, la evolución tiende a producir inteligencia equivalente a la humana
--Carl Sagan la definió como inteligencia capaz de construir radiotelescopios--.
Lineawaver la denomina hipótesis del Planeta de los Simios
en alusión a la famosa película.
El arbol filogénetico de la vida en la Tierra contradice claramente dicha hipótesis.
Como vemos en la figura (click para ampliar),
hay una inmensidad de líneas evolutivas de las que sólo una ha creado
una especie capaz de construir radiotelescopios.
A lo largo de los ~4 eones de la evolución de la vida en la Tierra han vivido del orden de ~100 millones de especies y sólo una ha sido capaz de construir radiotelescopios.
Además, una especie que sólo lleva en la historia de la vida unos pocos centenares de miles de años o menos del 0,01% del tiempo.
¿Quién ocupó el supuesto nicho de inteligencia durante el otro 99,99%
del tiempo en la historia de la vida en la Tierra?. Nadie.
O como lo ponía Linewaver en una reseña del libro:
La interpretación más simple de los resultados es que la inteligencia humana no es una característica convergente de la evolución.
No hay nichos de "inteligencia" hacia el que las especies animales tienen una tendencia a acercarse.
En ausencia de los seres humanos, otras especies no convergen a la inteligencia humana como una solución genérica, o incluso una solución concreta a los desafíos de la vida.
Estas pruebas han sido universalmente ignoradas.
Los nombres de estas pruebas son América del Sur, Australia, América del Norte, Madagascar y la India ... Para las especies atadas a la tierra, estos continentes a la deriva de forma independiente el uno del otro entre 50 y 200 millones de años fueron experimentos cruciales para la evolución.
La escala de tiempo para triplicar el tamaño del cerebro humano en África fue de aproximadamente 2-3 millones de años, mientras que la escala de tiempo de esos experimentos fue de 50-200 milliones de años.
...Cinco continentes y millones de especies evolucionando a lo largo de decenas o cientos de millones de años nos están gritando el viento contra nuestra vanidad: "... La inteligencia humana no es una característica convergente de la evolución."
Más bien, es un rasgo específico de la especie como la hermosa cresta amarilla de una cacatúa.
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