martes, 18 de enero de 2011

Un mundo con sólo 100 países con una superficie similar.

De la serie What if, hoy presentamos: 

¿Y si en todo el mundo, en vez de existir como doscientos países, con extensiones que van desde el tamaño de una plaza al de un continente, hubiera sólo cien y todos de una extensión semejante? 

Esa es la premisa desde la que se ha elaborado este  mapa, 
en el que los “países” se forman a partir de las divisiones 
subnacionales ya existentes.



El mapa de los cien países de una extensión similar (clic para ampliar)

Las tierras emergidas suman un total de 148.939.063 kilómetros cuadrados  descontando los catorce millones de la Antártida nos quedan 
unos 135 millones, por lo que los cien hipotéticos países de este mundo repartido equitativamente deberían tener aproximadamente 1.350.000 km², hectárea arriba o abajo. 

No son demasiados los países cuya superficie real sea parecida, 
pero alguno hay. 

Así pues, encontramos que en el mapa hay un total de cinco países 
que se quedan como están: Mongolia e Irán en Asia y Libia, el Chad y 
Níger en África, todos ellos con una extensión entre el millón doscientos
 y el millón setecientos mil kilómetros cuadrados. 

Angola permanece casi idéntica, únicamente pierde el pequeño enclave de Cabinda, en favor de la insólita Federación entre el norte del Zaire*, 
el Congo y Gabón

*Sé que el Zaire hace años que no se llama así, 
pero dos Congos tan juntos son un lío



El mapa de los cien países, con las fronteras nacionales 
y las divisiones subnacionales visibles (clic para ampliar)

En el resto del planeta es descomunal.

 Rusia queda partida en quince países diferentes,
 China en diez (algunos de ellos compartidos con Rusia), 
Canadá en siete, al igual que EE.UU., y así. 

Por otro lado, surgen federaciones imposibles. España quedaría unida a Portugal, Gibraltar (¡bien!), Francia, Andorra y Mónaco, 
y perdería las Islas Canarias, Ceuta y Melilla en favor de la unión 
de Marruecos y el oeste de Argelia (iba a durar poco, esa unión); 
Egipto absorbería a Israel, Palestina y Jordania,
 lo que garantizaría sesiones parlamentarias entretenidísimas, 
aunque no menos que las que tendrían en la unión de Turquía, Irak,
 Armenia, Georgia, Azerbayán y Siria.




Nuevo mapa político del extremo oriente, con una Corea unificada… 
con Japón y partes de Rusia y China.

 El sueño imperial de Japón, que recupera las Kuriles
 y de paso se queda Sajalín.

Donde más se producen estos desaguisados es en Europa,
 donde sólo quedarían media docena de países.

 El Reino Unido sería más unido todavía, al tener como nuevos países constituyentes a Irlanda (iba a ser entretenido, también), 
Islandia y el sur de Groenlandia.

 La antigua Yugoslavia estaría unida otra vez, sólo que también compartiría estado con Italia, Suiza, Lietchenstein, Austria, Alemania, Chequia
 y el Benelux; Dinamarca se uniría a los tres países escandinavos
 (que además se quedarían un trozo de Rusia),
 una imaginaria Federación del Mar Negro englobaría a Grecia,
 Macedonia, Bulgaria, Rumanía, Moldavia, Ucrania y la parte europea
 de Estambul.

 Finalmente, los países Bálticos quedarían encuadrados en un país
 en el que también tendrían su sitio Polonia, Eslovaquia, Hungría, Bielorrusia, Kaliningrado y algún pedazo más de Rusia.



Europa con sólo media docena de países, 
más alguno ruso reción inventado.

En América la cosa también queda interesante. 

Estados Unidos quedaría dividido en ocho pedazos; 
Alaska sería el más grande de ellos. 

Texas se uniría a cuatro estados del Norte de México,
 el Cinturón Bíblico, de Oklahoma a Florida, también tendría su propio país,
 y se podría fundar la República de las Cuatro Esquinas en el país resultante de unir Arizona, Colorado, Utah y Nuevo México. 

Hablando de México, el país perdería el norte, pero se anexionaría
 Guatemala y Belice. 

Centroamérica reeditaría la Unión Centroamericana,
quedándose con Cuba, Puerto Rico y demás, 
Colombia absorbería Ecuador y Venezuela absorbería la isla de La Española
 y otras Antillas. 

Perú permanecería casi idéntico, únicamente disfrutaría de la adición
 del estado brasileño de Acre; Chile y Argentina se verían partidos en dos
 (en tres en el caso argentino) y unidos en sus partes Norte y Sur, 
Uruguay se vería unido a media docena de provincias argentinas
y a otra brasileña, y Paraguay pasaría a ser parte de la subdivisión
formada en el sur de Brasil. 




América del Sur, ligeramente modificada

Decía al principio que el mapa se ha elaborado a partir de la adición
 de las distintas entidades subnacionales existentes,
 pero hay algunos casos en los que también se han tenido 
que partir por las bravas algunas de ellas, por ser demasiado grandes.

 El Krai de Krasnoyarsk (Rusia) y el estado de Australia Occidental
 se parten en dos, y la República de Sajá (Rusia, también), en tres.

 La región canadiense de Nunavut también se ve dividida, 
y parte de ella se une a los Territorios del Noroeste
 (que también se ven divididos, aunque en este caso sin necesidad).


América del Norte, dividida un poquito.

 En total, en vez de tres países hay quince.

El mapa tiene algunas incoherencias. 
Supuestamente todos los países deberían rondar el millón trescientos
 mil kilómetros cuadrados, pero hay algunos en los que la diferencia
 es del 25% arriba o abajo. 

Por ejemplo, dentro de EE.UU. encontramos la unión de Nuevo México, Arizona, Colorado y Utah, que suma un total de millón cien mil kilómetros cuadrados, y por otro lado Alaska, que tiene seiscientos y pico mil más (aunque doscientos mil son de lagos, ríos y aguas internas en general).


Fronteras

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