sábado, 26 de febrero de 2011

Instantes...



“Era tan tarde que casi no era ninguna hora”,
 me dijo un niño de cinco años.

 Hizo un pequeña pausa y señalando el cielo estrellado añadió:

 “vaya lío que tienen las estrellas, ¿eh?"

La luna juega a los bolos con los hombres 
que esperan sin arriesgar nada.


Cuando el agua conquiste las orillas y trepe por el asfalto,
 a los hombres les crecerán las piernas
 y a los perros branquias para librarse de sus correas.

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