Cuerpo, alístate.
o sea: descompónete, disuélvete,
deja a tu hocico seguir la pista de sus sentires.
Te quebrarás como el jarrón de una mesa de saldos,
guardaré tus astillas bajo mi almohada,
las pegaré con la lengua durante el sueño.
Asedia y destraba las puertas del deseo.
Afina así el número de las astillas,
forman una guirnalda que bien podría ser
mi nombre.
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