sábado, 26 de marzo de 2011

Sobre las metáforas...


“No existe cosa tal como una metáfora de una metáfora.

 Uno no avanza por medio de metáforas.

 Así, la realidad es el elemento indispensable de cada metáfora. 

Cuando digo que el hombre es un Dios,
 es muy fácil comprender que si también digo que un Dios 
es alguna cosa, dios se ha convertido en realidad.”

Una careta, un reflejo, una sombra, un endulzamiento.

 Cualquier cosa puede ser una metáfora.

 Pero la humanidad se acostumbró pronto a tomar la metáfora
 como la realidad. 

He ahí lo del dios. 

Insuficiente, obviamente.

 La metáfora sirve para desvirtuar lo real, 
y también para reconducir la realidad en otra dimensión. 

La metáfora edulcora, pero lo que se toma no es la metáfora
 sino la realidad descarnada. 

Me gustar utilizar la metáfora de lo relativo.

 Disgusto por convertir la metáfora en metáfora
 y envenenar el corazón de las almas.


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