jueves, 3 de marzo de 2011

Tal vez la energía oscura no sea un misterio


Según la visión actual, la evolución del Universo depende del comportamento de la energía oscura.

 Con este nombre, los astrónomos se refieren a un misterioso fenómeno
 que durante los últimos 5000 millones de años ha aumentado la velocidad 
de la expansión cósmica. 

La energia oscura puede ser equiparada a una especie de fuerza 
de gravedad repulsiva que, en lugar de atraer, separa las galaxias. 

Entender su naturaleza exacta representa uno de los principales retos
 de la ciencia moderna. 

Sin embargo, no toda la comunidad científica comparte esta visión
 del Cosmos.

Expansión del Universo (foto Nature)

Antes de su descubrimiento, a finales de los años ’90, se pensaba 
que debido a la presencia de materia oscura y materia común en las galaxias, la atracción que todas ellas ejercen las unas sobre las otras frenaría,
 en algun momento, la actual dilatación del Cosmos. 

Pero

¿dejaría el Universo de expandirse y empezaría a colapsar?

Imaginemos asimilar el movimiento de la expansión cósmica al movimiento
 de una pelota arrojada al aire. 

A medida que la pelota asciende, se vuelve más lenta por efecto
 de la gravedad terrestre, alcanza un punto de máxima altura para,
 a continuación, volver a bajar.

 Si la expansión del Universo estuviese desacelerándose, el tamaño 
del Cosmos también alcanzaría un valor máximo y empezaría a contraerse de la misma manera que la pelota vuelve al suelo

(línea amarilla en el gráfico).
Evolución del Universo con el tiempo

¿Y si lanzáramos la pelota con una velocidad suficientemente alta, qué ocurriría?

 Aunque padecería igualmente una desaceleración, el objeto llegaría tan alto
 que dejaría de sentir la gravedad terrestre, y saldría al espacio con velocidad constante (línea azul en el gráfico).

 En este caso, el Universo estaríadestinado a expandirse eternamente.

 Sorprendentemente, los astrónomos descubrieron que la expansión cósmica no 
se está ralentizando ni es constante, 
sino que se está acelerando debido
 a un fenómeno inesperadom comúnmente llamado energía oscura. 

Es como si la pelota lanzada al aire primero redujera su velocidad para luego incrementarla, alejándose cada vez más rápido (línea roja en el gráfico).

Ahora bien, dos astrónomos italianos del Centre de Physique Théoriquede Marsella (Francia) se hacen eco de una parte de la comunidad científica 
que cree que la energía oscura no es una sustancia misteriosa
y que las explicaciones aportadas no son suficientes para explicar
 la aceleración del Universo.

 En un artículo aparecido en la web del arXiv afirman que, ya en la teoría de la relatividad general elaborada por Albert Einstein aparecen evidencias de que el Universo no es estático, por lo cual el gran científico alemán perdió
 la posibilidad de predecir la actual expansión cósmica hace ya un siglo.

Además, los dos astrónomos creen que no vivimos en un lugar y un tiempo completamente aleatorio del Universo sino que la densidad de nuestro alrededor interstelar, por ejemplo, es muy diferente del valor promedio del Cosmos, favoreciendo la formación de la vida en la Tierra. 

En definitiva, según estos científicos habría que explorar ideas alternativas o realizar nuevos estudios antes de definir la energía oscura como un
 “gran misterio”. 

En su opinión – y,  según dicen, de muchos expertos “relativistas” 
– explicar la aceleración del Universo con las teorías actuales es un error, sobre todo cuando se utiliza el término “sustancia”, ya que sería como afirmar que la fuerza que nos empuja cuando montamos en un caballito de un tiovivo (fuerza centrifuga) es una “misteriosa sustancia”.

Distribución de la materia y energía en el Cosmos

En cualquier caso, todos los científicos están de acuerdo en que la nueva forma de energía representa aproximadamente el 74% de la materia 
y energía del Universo.

 Un 22% está constituido por materia oscura y el 4% restante es el material que conocemos y que podemos ver (galaxias, estrellas y planetas).

 También nuestro hogar, que hasta hace unos siglos situábamos en el centro de todo lo creado, pertenece a esa ínfima cantidad que compone
 el Cosmos.

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