
Se acuerdan de la historia de " ¿iglesia o cementerio? Kutna Hora " ,
Hoy vamos con una historia parecida solo que en este caso en vez de adornar el templo con huesos humanos, lo que hacen es adornar los huesos humanos mas concrétamente los cráneos, con motivos de todo tipo
desde flores hasta serpientes.

En la imagen anterior podemos ver una preciosa vista de Hallstatt, un idílico y precioso pueblo de la zona de la Alta Austria en el distrito montañoso
de Salzkammergut en Austria.
Está localizada cerca del lago Hallstätter See.
Etimológicamente el nombre de Hall probablemente proviene del término céltico con el que se denominaba a la sal, abundante en las minas cercanas que datan de la edad del bronce.
En 1997 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
Debido a la maravillosa estampa que ofrece este pueblo, una de sus más importantes fuentes de ingresos es como no, el turismo pero a parte de sus preciosas vistas nos ofrece algo más interesante y es que junto a su iglesia, hay un peculiar osario llamado Karner Beinhaus (Casa de los huesos),
donde en una pequeña capilla hay más de 1.000 cráneos apilados
y unas 600 calaveras pintadas de una singular manera gracias a una peculiar costumbre austriaca que solo se mantiene aquí.

Una costumbre muy extendida en Austria y algunas zonas de Europa central,
y que se mantuvo hasta finales del siglo XVIII y principios de XIX,
era que las tumbas sólo se alquilaban por un período de tiempo limitado
de unas décadas según el precio estipulado.
Cuando el tiempo pagado llegaba a su fin , los restos eran exhumados
para que la tumba pudiera ser usada de nuevo por otro nuevo cuerpo.

Cuando los restos del fallecido eran exhumados se trasladaban a las Karner Beinhaus donde los cráneos eran escrupulosamente limpiados y pintados con diversos motivos, flores, serpientes, cruces, etc.

Y también algunas en donde como si de una lápida se tratara se incluía además el nombre de la persona y el año de fallecimiento.

Esta manera de arte por llamarlo de alguna manera con las modernas costumbres se fue perdiendo, pero en la población de Hallstatt se ha seguido conservando debido a la falta de espacio en su cementerio y así su Casa de los Huesos sigue en funcionamiento.

Para poder lucir cráneo allí solo se debe seguir un estricto requisito ser natural del pueblo y dejarlo escrito en el testamento.
El último cráneo decorado se colocó en 2004.

Si de mi cráneo se tratara, pondría este epitafio:
"Aquí yace mi bonita y decorada calavera,
si así la ven bonita ,con mi cara puesta, más bonita era".
historiasdelregatecha
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