El Observatorio espacial de infrarrojos de la Agencia Espacial Europea Herschel, ha detectado furiosos vientos de gas molecular
fluyendo desde las galaxias.
Ya se sospechaba hacía tiempo, estas pérdidas de flujo pueden ser capaces de sacar el gas de las galaxias y frenar en seco la formación estelar.
Los vientos detectados son extraordinarios, algunos soplan a una velocidad
de más de 1.000 km/s,, casi 10.000 veces más rápido que un viento huracanado terrestre.
Es la primera vez que se han observado estas descargas de gas molecular
de manera inequívoca en una muestra de galaxias, y resulta relevante, debido a la formación de estrellas a partir del gas molecular.
Estas descargas de flujo están robando a la galaxia la materia prima
que necesita para crear nuevas estrellas.
Si estas pérdidas son lo suficientemente poderosas, incluso podrían detener totalmente la formación de estrellas.
"Con Herschel, tenemos ahora la oportunidad de estudiar lo que realmente significan estos flujos de salida en la evolución galáctica",
dijo Eckhard Sturm del Max-Planck-Institut für extraterrestrische Physik
en Alemania, y autor principal de este trabajo.
El doctor Sturm y sus colegas, hicieron uso del fotoconductor de cámara y espectrómetro de Herschel para estudiar 50 galaxias.
Con tales descargas de flujo saliendo, se calcula que se pierden cada año unas 1.200 veces la masa de nuestro Sol.
Eso es bastante para despojar las reservas de gas para la formación
de estrellas dentro de 100 millones de años.
Es decir que, algunas galaxias podrían expulsar completamente el gas
de formación de estrellas en tan sólo un millón de años.
Estos vientos pueden ser generados por la intensa emisión de luz y partículas de las estrellas jóvenes, o quizá por las ondas de choque de explosión
de las estrellas viejas.
Otra forma podría ser la que provoca la radiación emitida por los remolinos
de materia de alrededor del agujero negro en el centro de la galaxia.
Los vientos más rápidos parecen venir de las galaxias que contienen los más brillantes ‘núcleos activos galácticos’, en los que un agujero negro gigante se va alimentando de su entorno.
El Dr. Sturm y sus colegas están ahora probando esta idea con las otras galaxias en la muestra. Estos resultados podrían empezar a explicar cómo
se forman algunas galaxias elípticas.
Las galaxias elípticas son inmensas islas de estrellas que han dejado
de producir cantidades apreciables de nuevas estrellas, ya que han agotado su suministro de gas.
Cuanto más interactúan y combinan entre sí las galaxias más pequeñas,
más alimento se suministra al agujero negro central, de núcleo combinado, por lo que se hace más grande y más activo.
A su vez, puede dar lugar a vientos más fuertes, que elimina el gas molecular e impida cualquier formación de estrellas,
lo que conduce a una galaxia elíptica.
- Referencia: Sott.net, 10 mayo 2011
- Fuente: The Daily Galaxy
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