lunes, 29 de agosto de 2011

aQueLLas MeDIaS nARanJAs




Ella era su media naranja.
Él era su media naranja.

Se conocieron en algún lugar.

Hablaron del tiempo y de las lluvias.

¡Lluvias, pobres tontos!

Ni modo de escaparse de ellos.

Tan fundamental mirarse para reconocer
las atracciones cítricas...

Si funciona, no funciona.
Un leve olor a azahar permaneció flotando unos segundos.

Apenas eso y la satisfacción de un cupido que nunca falla..


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