El material hereditario está formado por ADN (ácido desoxirribonucleico),
una molécula microscópica encerrada en el núcleo de la célula.
Se podría pensar que se necesita un equipo valorado en miles de euros
para poder detectarlo, pero no es así, todo lo que se necesita lo tenemos
a nuestra disposición en cualquier modesta cocina.
Para extraer el ADN se requiere un plátano
(aunque también funciona con cesped), sal de mesa, detergente, alcohol frío,
un filtro de café, una batidora, agua (mejor si es agua destilada para la plancha) y una cerveza fría.
Lo primero que hay que hacer es batir el plátano en una taza de agua
(si estuviesen en un laboratorio con bata blanca y no en la cocina de sus casas
con un delantal, la batidora se denominaría homogeneizador).
Al batir el plátano lo que conseguimos es romper sus células y así exponemos todas las piezas que las forman, ADN incluido,
a lo que les vamos a añadir a continuación.
En una taza mezclar suavemente, sin formar espuma,
una cucharada de jabón con una pizca de sal y dos cucharadas de agua.
Añadir dos cucharadas del batido de plátano a la mezcla corrosiva
que acabamos de preparar, mezclar con una cucharita
y dejar reposar 10 minutos.
Durante este paso el jabón estará disolviendo
las membranas celulares y liberando el ADN.
Mientras transcurren los 10 minutos hay que abrir la cerveza
y verterla en un vaso pre-enfriado en el congelador.
A continuación, y sin dar tiempo a que se caliente,
debe introducirse en el estómago del investigador.
Este paso se suele obviar en los laboratorios profesionales por miedo
al que dirán, pero dado que estamos en nuestra cocina podemos
obviar esos recelos.
Los menores de edad pueden quedar bien servidos con cualquier
bebida azucarada.
Transcurridos los 10 minutos el ADN "platánico"
habrá abandonado su antigua morada celular y flotará libre en el agua.
Para deshacernos de todos los restos del plátano que no queremos filtramos
la mezcla utilizando el filtro de café.
Esto puede tardar entre 5 y 10 minutos y durante este tiempo podemos
continuar con el estudio de la coloración del fermentado de cebada.
Para terminar hay que añadir el líquido que hemos filtrado a un tubo transparente con alcohol frío.
Si todo ha ido bien el ADN aparecerá como unos hilos blancos flotando
en el etanol, lo que técnicamente se conoce como medusa.
En este punto reside el meollo de la cuestión,
el ADN no es soluble en el alcohol y precipita formando estas hebras.
Con una aguja y un poco de paciencia puede usted recoger la molécula fundamental de la vida, el material genético del plátano,
lo que hace al plátano ser un plátano y no una oruga.
Este procedimiento puede parecer sencillo y tosco pero es muy similar
a la que se utiliza diariamente en los laboratorios de genética molecular
de todo el mundo para extraer el ADN de todo tipo de muestras.
Por supuesto en los laboratorios de verdad no utilizan jabón de cocina,
ni alcohol de quemar sino productos químicamente puros,
pero la idea general y el procedimiento general son idénticos.
Si se ha quedado con ganas de continuar con la investigación genética
en el futuro tal vez explique como ver el ADN fluorescente metiéndolo
en moldes de comida China.
Diviértase explicándoles a sus vecinos y conocidos como conseguir
conocer el secreto de la vida con un plátano y una cerveza.
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