jueves, 13 de octubre de 2011

para Luz... El Universo tiene un más allá.



El Universo, centenares de miles de millones de estrellas,
 perdidas en miles de millones de galaxias, y ellas, perdidas en una inmensidad silenciosa, oscura y helada. 
17.000 millones de años después de su aparición, la materia sigue su camino entre el espacio-tiempo.
Para la Cosmología, este universo no es eterno, nos mostrará su fin.
 Será un ocaso en una muerte fría y caliente.
 Un Universo abierto, donde su expansión continúa, donde las galaxias se pierden en el infinito, mientras las estrellas se enfrían, luego de ceder su última energía, su último protón y llegar así a su fin. 
Todos esos polvos cósmicos, son sepultados en lo profundo de un agujero negro, de una desconocida actividad dinámica interna,en el cual se convirtió en mismo Universo.
 Finalmente, el Espacio-Tiempo, se reabsorbe y todo se vuelve Nada. 
Esa Nada, que será entonces, la información total del sistema y su entropía(degradación del mismo orden del propio sistema). 
Por lo que, como físico, podemos sostener: que la adquisición de
información(conocimiento), consume energía y provoca el aumento de la entropía del seno del sistema.
Aquí debemos separar, la propia finalidad del Universo y su Fin, la cual definimos como la necesidad de producir y liberar conocimiento, un conocimiento puro de toda su evolución.

Un Universo finito, cerrado sobre sí mismo, un Universo que obedece a un determinismo superior a la indeterminación Cuántica , la existencia de una Causa de la armonía de las causas, por fuera de toda causa.
Una Teoría del Caos, que pasa el límite del milagro matemático, sobre el cual se apoya nuestra realidad. 
Un Caos absoluto, imagen de un Orden absoluto.
 Todo indicativo de un Código, cuyo algoritmo, nace más allá del último muro de nuestra mente:
Una Causa y un Fin, exterior a ella misma .
La Propia Creación, del propio Creador.

Si, observamos todo aquellas pequeñas cosas, que forman algún proyecto, todas esas pequeñas cosas trabajando en lo invisible, para formar lo real. 
Las cuales actúan en el corazón de cada uno de nosotros, empujándonos hacia esa necesidad del conocimiento de la realidad. 
La misma realidad, que en forma independiente, nos resulta inaccesible. 
Aquella que se encuentra más allá de la descripción física y filosófica, aquella que se dibuja como, el mismo espíritu humano.

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