Varios observatorios espaciales, entre los que se encuentran los telescopios de la ESA XMM-Newton e Integral, han observado
en las inmediaciones de un agujero negro supermasivo unas enormes bolsas de gas que se alejan del gran ‘monstruo gravitacional’.
El agujero negro estudiado está alojado en el centro de la galaxia Markarian 509, a 500 millones de años luz.
Se trata de un agujero negro colosal, de una masa de más de 300 millones de soles que sigue creciendo a medida que devora más materia.
Durante la campaña, la galaxia Markarian 509 se superó a sí misma; su brillo, en vez de fluctuar el 25% habitual, lo hizo en un 60%.
Es un indicio de que en el flujo de gas en torno al agujero negro se han producido alteraciones importantes.
Las observaciones han mostrado que el chorro de gas está hecho en realidad de balas gigantes propulsadas a millones de kilómetros por hora.
Estas bolsas de gas son arrancadas de una reserva de materia en espera de caer en el agujero.
La sorpresa es que esta reserva
está situada a más de 15 años luz del agujero,
más lejos de lo que algunos astrónomos creen posible que se pueda originar este tipo de viento.
La reserva de gas y de polvo toma la forma de una rosquilla que rodea el agujero negro.
La materia cae hacia el agujero describiendo una espiral, creando un disco de acrecimiento en que el gas se comporta como el agua cayendo por un sumidero.
Las observaciones muestran también que el disco de acrecimiento tiene una piel de gas caliente, a una temperatura de millones de grados.
De este gas caliente proceden los rayos X y gamma que empujan hacia afuera el chorro de gas que se aleja.
“Los resultados demuestran la importancia de llevar a cabo observaciones y campañas de vigilancia a largo plazo en la investigación de objetos variables.
XMM-Newton hizo todos los cambios en su organización para hacer posible estas observaciones, y ahora el esfuerzo está dando resultados”
fuente: ESA

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