- Quienes tuvieron la oportunidad de apreciar durante la nostálgica época del cine sin obscenos artilugios digitales, la célebre saga épica del celuloide de los años setenta, “El planeta de los simios” – obra maestra dirigida por Franklin J. Shaffner y luego Ted Post, realzada por la siempre soberbia actuación del entrañable Charlton Heston –, recordarán un segmento tan memorable como pasmoso en el epílogo del segundo capítulo “Bajo el planeta de los Simios”, cuando los simios parlantes y “Brent” el personaje interpretado por James Franciscus, llegan a una ciudad subterránea que escondía las últimas miserias de una civilización humana autodestruida por su paranoia nuclear, dejando como únicos recuerdos a seres mutados, degenerados
en monstruos que ocultaban bajo máscaras su apariencia repugnante;
lo llamativo de esa clandestina cultura era la adoración que profesaban
a un artefacto mortal recuerdo de la corrupta gloria de una civilización enferma: un letal misil nuclear bautizado como “Omega”.
El “Ministro”, líder espiritual de estos humanoides justificaba ante un asombrado “Brent” ese insano culto bajo el argumento que era
“un instrumento de paz” que la garantizaba a ella, sobreentendiéndose
que su letalidad era suficiente para disuadir cualquier aventura
de conquista hacia ellos.
- Un individuo con una lógica semejante a la del ficticio ministro parecería ajeno a la naturaleza humana del ciudadano más vil inclusive,
pero con una especie como la nuestra nunca se sabe donde algún jinete
del Apocalipsis puede andar sembrando sus sañas para escalofríos
de sus congéneres.
Un personaje en la vida real y ligado a las altas esferas del poder mundial, con una lógica así de espeluznante, fue el físico nuclear húngaro nacionalizado Americano, Dr. Edward Teller, el cual además mantuvo importante influencia sobre los gobiernos norteamericanos en plena Guerra Fría.
Si bien todo lo que se tramó alrededor de la competencia atómica involucró
a muchos elementos de distintas vertientes, hubo tres hombres que desde
su trinchera científica jugaron papeles contradictorios
con diferentes destinos.
a la construcción de la aún más mortal Bomba de Hidrógeno, ante la cual los ángeles de la muerte de Hiroshima y Nagasaki serían aprendices de asesinas.
La pertinencia de su construcción era de razonable discusión entre gran parte de la comunidad científica y política mundial, por tratarse de un artefacto sin más uso lógico que el bélico a corto plazo.
Era evidente también, que entre algunos de los involucrados
en la cristalización de la primera bomba nuclear se guardaba un sentimiento de incomodidad y remordimiento por los resultados en cuanto a vidas humanas y destrucción, entre ellos Otto Hahn el alemán descubridor de la fisión nuclear, Albert Einstein – autor de una carta de recomendación al presidente Rooselvelt sobre la construcción de la bomba, aunque si bien nunca participó directamente en el proyecto Manhattam que la llevó a cabo – y el propio Robert Oppenheimer quien fue Director del proyecto y padre operativo de la bomba junto a Enrico Fermi.
- Robert Oppenheimer, eminente físico de origen judío y aristocrática cuna, formado en algún momento bajo la batuta de Ernest Rutheford y Max Born, había realizado en su campo, investigaciones en astrofísica, física nuclear, espectroscopía y teoría cuántica de campos; aún para los expertos era considerado un teórico bastante abstruso por su afición a las fórmulas matemáticas elegantes pero complicadas para efectos físicos prácticos
y cuando supo de la posibilidad de provocar en la práctica, la fisión atómica por los trabajos del Doctor Otto Hahn en Alemania quien publicó su trabajo
en la revista “Die Naturwissenschaften”, dedujo que existía la posibilidad de desarrollar una bomba atómica y siendo uno de los entendidos del tema
, en 1941 es convocado para trabajar en el Proyecto Manhattan, junto a otros científicos exiliados, en un ambicioso proyecto cuya finalidad era fabricar dicha bomba, pidiéndosele el cálculo de la masa crítica del Uranio 235 – dato necesario para producir una reacción en cadena – y encargandosele la dirección técnica del proyecto.
- La bomba es terminada cuando ya derrotada Alemania, surgiendo una controversia entre la comunidad científica de cómo utilizar ese ingenio atómico; algunas voces vehementes como las de Leo Szilard y Edward Teller sugerían utilizarlo en una demostración disuasiva sin involucrar a civiles que bastaría para hacer rendir al Japón, pero otros – incluído Oppenheimer – discrepaban en ese sentido, aunque la decisión siempre correspondió
a la instancia político militar, los científicos estaban al margen de ello.
Cuando se realizó en un desierto de Nuevo México la primera prueba exitosa de la bomba bautizada como “Trinity”, se respiró un ambiente de satisfacción por la labor realizada entre los científicos, pero cuando la bomba fue finalmente lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki, el Dr. Oppenheimer, agotado luego de meses de trabajo bajo presión, expresa su pesar por las víctimas.
Se cuenta que al recibir la felicitación del Presidente Truman le dice
“tener las manos ensangrentadas” y luego alguna vez le comentó al mismo Truman que los científicos tenían un cargo de conciencia por lo acontecido, después de ello, Truman le bajó el dedo y dio instrucciones para evitar
su acceso a las principales instalaciones científicas y a los secretos militares. Pero antes de perder el favor político y apenas terminada la guerra, Oppenheimer renunció a su cargo de Director de Los Álamos y reinició vida académica aceptando un puesto de profesor en Berkeley, aunque constantemente era llamado en consulta a Washintong, más tarde aceptaría
el cargo de director del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton,
donde Einstein era miembro de la facultad.
En ese lapso de tiempo también asumió la jefatura de la Comisión de Energía Atómica (CEA) en 1946, una agencia civil que controlaría las investigaciones
y armas nucleares y velaría por el control del armamentismo nuclear.
- Oppenheimer comenzó a cimentar un prestigio como portavoz del uso responsable de la ciencia y la tecnología, en especial de la energía nuclear que consideraba debía ser dirigida hacia usos pacíficos productivos,
así en 1946 se lanza el Plan Baruch a propuesta del gobierno de EEUU
y con sugerencias para el control de la proliferación del arsenal atómico, intercambio de información y con un plan de inspecciones por parte
de la Comisión de Energía Atómica de la ONU, pero algunas cláusulas parecían impracticables y había aún un natural recelo entre las esferas de influencia
de las dos superpotencias y la URSS rechaza la propuesta y la carrera armamentista nuclear seguiría su curso.
- Luego cuando empezó a discutirse la posibilidad de fabricar la bomba termonuclear de fusión nuclear o de Hidrógeno, inicialmente parecía no haber posibilidad técnica para ello por lo que Oppenheimer como Director de la CEA aconsejaba para cuestiones de defensa nacional, priorizar recursos
en un arsenal de armas de fisión nuclear; más luego al saberse de la factibilidad
de ella en 1949, Oppenheimer y otros científicos, se opusieron porque consideraban que los peligros que representaban los efectos de una explosión de esa naturaleza eran superiores al valor militar de los resultados, considerando que los efectos probables de tal bomba la categorizaban como “arma genocida”.
Pero sin medir escrúpulos, las dos potencias inician sus programas respectivos de elaboración de la bomba de Hidrógeno. EEUU daba por descontado en sus planes la colaboración del Dr. Oppenheimer principal responsable de la construcción de la mortífera “Little boy” lanzada en Hiroshima, pero éste se niega a participar en ella cuestionando la utilidad positiva que podía darse a semejante monstruo.
Sus actitudes en contra del armamentismo nuclear le empezarían a ganar antipatías entre la alta política americana inmersa en el nacionalismo bélico, pero había quien que si estaba dispuesto a llevar esa responsabilidad con mucho entusiasmo, Edward Teller quien por el contrario animaría al presidente Truman de la necesidad de tal artefacto.
Truman ordena el inicio del programa luego que la URSS prueba su primera bomba atómica en 1949, EEUU tenía justificadas suspicacias por los avances rusos en cuanto a la fabricación de esta bomba – desconfianza que era mutua – y decidieron poner en marcha el proyecto, lo que desalienta a los miembros de la comisión de Energía Atómica Oppenheimer y James Conant que consideraron renunciar a sus cargos.
Así se inicia en 1951 el Proyecto con Edward Teller y el matemático Stanislaw Ulam quienes desarrollaron en el plano teórico lo que se bautizarí¬a como la “Configuración Teller-Ulam” que hacía factible la bomba termonuclear que se probó en 1952 y produjo 10.4 megatones, una fuerza 650 veces más grande que las bombas de la II Guerra.
- Pero su papel de Teller no se limitaría a ello, lamentablemente para Oppenheimer, sus amistades y simpatía con elementos de ideología izquierdista le harían blanco para los McCarthistas.
Aprovechando su gran fortuna personal heredada, Oppenheimer destinó fondos para la República española y para actividades antifascistas, y así en una Auditoría de Seguridad promovida por el FBI, Teller contando con el apoyo
del todopoderoso J. Edgar Hoover lo acusó como espía del comunismo, lo que facilitó su salida de los altos círculos científicos del estado y de la Comisión de Energía Atómica. Oppenheimer tenía amistades con personajes izquierdistas desde antes de la Guerra y su hermano era afiliado al Partido Comunista de EEUU, pero el Director Militar encargado del Proyecto Manhattam, el Gral. Grove puso por encima su capacidad para dirigir el equipo de la bomba, aunque empezó a ser vigilado por el FBI debido a sus anteriores contactos comunistas. Un día cuando aún trabajaba en el Proyecto Maniatan, puso al tanto a los agentes de seguridad del Proyecto, sobre un amigo suyo, el profesor de Literatura francesa de Bekerley, Haakon Chevalier, que le había solicitado por intermedio de algunos alumnos, secretos nucleares,
lo que lo puso en la mira, pero permaneció en el Proyecto por la importancia que tenía su trabajo.
- Junto a esos acontecimientos, la oposición inicial de Oppenheimer contra la elaboración de la bomba y sus reservas sobre el proyecto en general, levantaban sospechas sobre su lealtad, por lo cual el McCarthismo lo somete a un proceso y las arpías se sumarían al cargamontón, como Lewis Strauss un comisionado de la CEA quien hacía tiempo incubaba resentimientos contra Oppenheimer, tanto por su oposición a la bomba de Hidrógeno como por haberlo humillado ante el Congreso algunos años antes. Strauss y el senador Brien McMahon, autor en 1946 de la Ley de Energía Atómica, secundados por Edward Teller, el formulador de la acusación, impulsaron al presidente de entonces Eisenhower a revocar la credencial de seguridad de Oppenheimer. Fue lamentable como Edward Teller, colega de trabajo de antes, con el cual Oppenheimer había estado en desacuerdo sobre la bomba de Hidrógeno, testificó contra él, provocando el desprecio hacia Teller de la comunidad científica marginándolo a partir de allí de la ciencia académica.
Por otra parte muchos importantes científicos, figuras del gobierno y militares testificaron a favor de Oppenheimer.
Aunque finalmente Oppenheimer fue absuelto, su imagen estaba minada, algunas incoherencias de su testimonio y comportamiento errático en sus comparecencias convencieron a algunos de que no era de confianza y representaba un posible riesgo para la seguridad, se le consideró una persona a quien no se le podía confiar secretos de estado.
La credencial de seguridad de Oppenheimer fue revocada
y fue despedido por Eisenhower.
- Edward Teller se había doctorado en Física en Leipzig y posteriormente hace un Post Grado en Copenhague con Niels Bohr, su familia, también de origen judío en Hungría había sufrido el embargo de sus bienes cuando la maquinaria nazi se adueñó del país, y él mismo huye de Alemania con otros destacados físicos y así llegó a América donde se nacionalizó y desarrolló su brillante carrera de físico nuclear, dedicado en especial a la Mecánica Cuántica, para luego trabajar en el Proyecto Manhattan, inclusive había acompañado a Leó Szilárd en 1939 para convencer a Albert Einstein de escribir la famosa carta a Roosevelt en 1939.
Hombre inteligentísimo, sobretodo de fuerte personalidad avasalladora, recalcitrante y egocéntrico hasta la antipatía, fue quien finalmente comandó eficazmente la construcción de la Bomba H, aportando un artificio técnico conocido como “Efecto Teller” y que le mereció el título de “Padre de la Bomba H” – además de contarr el proyecto con la destacada participación otros físicos como Stanislas Ulam, Hans Bethe, Richard Garwin – y se obstinó en defenderla siempre ante cualquier foro y ante el poder político.
Pregonaba además una lógica bastante personal, aunque lamentaba el lanzamiento de la bomba atómica en Japón, pensaba que debió haberse probado primero en una demostración sin víctimas para impresionar a los líderes japoneses sobre la capacidad del arma y obligarlos a rendirse.
Terminada la elaboración de la primera Bomba H, es lanzada en el atolón Eniwetok, en el Pacífico en Noviembre de 1952, con un poder escalofriantemente mayor que las bombas de la II Guerra Mundial
- Al entrar en el escenario este ingenio termonuclear, la política o doctrina de defensa fue bautizada coloquialmente como “MAD” (Destrucción mutuamente garantizada) en una macabra ironía que mantuvieron las dos grandes potencias en la guerra fría.
En su defensa ante las críticas manifestaba que la energía existía en la naturaleza y que en cualquier momento su descubrimiento y usos hubiesen llegado. Su influencia ante Harry Truman era muy fuerte, pensaba en el sentido de la Seguridad Nacional que había la necesidad de fabricar y poseer una potente bomba de Hidrógeno para garantizar una contundente defensa nacional capaz de intimidar a la Unión Soviética y en continua superación en el desarrollo de armas nucleares de fisión.
- Mientras la situación en el otro bando, no era menos interesante, Andrei Sajarov fue allí quien representó los remordimientos de conciencia. Brillante físico captado desde su juventud y voluntario colaborador en la defensa soviética durante la Segunda Guerra Mundial; luego de graduarse y doctorarse en 1947, participa desde en la elaboración de la primera bomba atómica rusa que es probada en 1949 como una réplica de la bombas americanas, pero luego asume la dirección del proyecto ruso de Bomba de Hidrógeno que se realizaría en la ciudad secreta Sarov, la que culmina en el primer dispositivo de fusión probado en Agosto de 1953 con el nombre “Usilennaya” y luego en Noviembre de 1955 se prueba la definitiva Bomba de Hidrógeno bautizada como “Binarnaya” que utiliza el diseño conocido en Rusia como “Tercera idea de Sajarov” – el mismo en EEUU se conoció como “Diseño Teller-Ulam” –
que llegó a 1600 kilotones en energía, llegando después el programa soviético
a la llamada “Bomba del Zar” en Octubre de 1961, que alcanzó la astronómica potencia de 50 Megatones, lo más potente jamás detonado. Distinguiéndose además con otros aportes teóricos en el campo de la fusión nuclear controlada y el uso de campos magnéticos aplicados a la energía nuclear.
- Los reconocimientos a su labor no tardan en llegar y en 1953, con solo
32 años de edad recibe distinciones como una insólitamente prematura membresía en la Academia de Ciencias de la URSS, tres medallas Socialistas al Mérito en el Trabajo, el Premio Stalin y la Estrella de Oro de Héroe de la Unión Soviética, todas ellas por sus investigaciones en el desarrollo de las bases teóricas de la fusión nuclear y en la construcción de la primera bomba de Hidrógeno de la URSS alcanzando notoriedad superlativa en su país, aunque no se afilió al Partido Comunista debido a sus primeros desacuerdos de conciencia. Mientras en EEUU Oppenheimer recibía los embates McCarthistas luego de renunciar al proyecto de la bomba de Hidrógeno por cuestiones de ética respecto a usos posibles de dicho artefacto.
- Pero al discurrir el tiempo algo pasó por la mente de Sajarov, sentimientos de culpa asomaban ante las capacidades letales de su creación, y decidió enfrentarse en el terreno de los principios al sistema del país mas cruelmente represivo del planeta, coincidentemente se respiraban mejores aires en el país con la ascensión del algo más tolerante Nikita Jrushov al poder. Sajarov empieza a hacer públicas sus posturas contra el armamentismo y las pruebas nucleares atmosféricas de la Bomba H para lo cual escribe una protesta formal contra ella en 1961, resultando después el Tratado de Prohibición de Pruebas Atmosféricas, Espaciales y Submarinas, firmado en Moscú en 1963, luego en 1967 escribe al líder soviético sus inquietudes por un tratado bilateral de control de misiles balísticos de cabeza nuclear los que mantenían la posibilidad de una guerra nuclear, deseando que la carta se haga pública, siendo ambas peticiones ignoradas y ya notándose la incomodidad del Kremlin para con él. Se involucra cada vez más en las cuestiones políticas de conciencia como defensor de las libertades civiles, del desarme y el control
de armas nucleares; escribió plasmando sus ideas en libros como su ensayo de 1968 “Reflexiones sobre el Progreso, coexistencia pacífica y libertad intelectual”, se le niega acceso a los centros y laboratorios militares de la URSS, asimismo tanto por esto como por propia convicción fue volcándose más hacia la Cosmología y física de partículas dejando atrás la física nuclear.
En los setentas prosigue con su activismo y a inicios del mismo colabora en la formación de la fundación del Comité por los Derechos Humanos de Moscú.
La represión ya se dejaba sentir contra él, pero recibió siempre el aliento de su segunda esposa la pacifista Yelena Bónner.
Mientras fuera de su país, la comunidad internacional reconocía sus esfuerzos y en 1973 llega su primera nominación al premio Nóbel de la paz,
que se le otorgaría después en 1975, aunque entonces no se le tenía permitido salir de la URSS, siendo representado por su esposa
en la entrega del premio.
Probablemente la consideración hacia su condición de héroe soviético por
su aporte a la Bomba de Hidrógeno y su prestigio como Premio Nóbel, evitaron su confinamiento en algún Gulag o campo siberiano de trabajos forzados
o en las espantosas Clínicas Psiquiátricas., suerte que corrieron incluso otros intelectuales soviéticos.
- La gota que colma la paciencia de las autoridades rusas, ocurre cuando en 1979 al invadir el ejército ruso Afganistán, expresa su condena pública, llamando a boicotear los Juegos Olímpicos de Moscú, ante lo cual el gobierno ruso le retira sus honores, es despedido del trabajo y es puesto en arresto domiciliario en la ciudad de Gorki que estaba prohibida a los extranjeros,
y donde vivió junto a su esposa Yelena, siendo foco permanente de atención por parte de la prensa internacional lo que ensalzaría su figura como representante de las libertades.
Se intentó acallar así a un crítico del régimen en el cual los disidentes políticos eran ya toda una institución que llamaban
la atención del mundo, entre los que se contaban inicialmente casi exclusivamente académicos, profesionales y otros intelectuales,
todos en búsqueda de libertades y todos considerados enemigos
por el gobierno de la URSS.
- Es encerrado allí por casi siete años siendo vigilado de cerca por la KGB, aislado de comunicación alguna con el resto del mundo, acosando incluso
a sus visitantes, deteriorándose su salud y la de su esposa en ese tiempo
y en 1984 inicia una huelga de hambre con repercusión noticiosa en occidente exigiendo un permiso para un cirugía cardíaca en el extranjero para su mujer en el extranjero.
En 1986 con la llegada de Gorbachov y sus políticas de Glasnost y Perestroika se le permite salir, ante el recelo del régimen por el uso propagandístico que se le pudiese dar a su viaje, llegando a Italia a recibir un doctorado “Honoris Causa” y a entrevistarse con Juan Pablo II, quien ya había recibido en 1984
a su esposa; en Diciembre de ese año se le permite regresar a Moscú poniendo como condición para regresar, la libertad para todos los presos
de conciencia, e inicia las primeras organizaciones políticas independientes
y legales y en marzo de 1989 es elegido diputado por la oposición del Parlamento de la URSS Congreso de diputados del pueblo en 1989.
Aunque el viejo sistema entraba en franca agonía, aún la dirigencia soviética lo percibía con recelo, recibiendo censuras del propio Gorbachov. Escribió sus memorias y fallece mientras participaba en la elaboración de una nueva Constitución el 14 de Diciembre de 1989.
- Mientras en EEUU, en la década de los ochentas Teller vuelve a la carga
y sugiere a Ronald Reagan financiar el oneroso programa de paraguas de defensa espacial antinuclear ó Iniciativa de Defensa Estratégica conocido como “Guerra de las Galaxias”, reavivando las ácidas críticas que ya había merecido en el pasado, además Teller fue uno de los primeros en sugerir que la explosión de un arma nuclear en el espacio podría utilizarse para destruir
o desviar de su trayectoria un asteroide en ruta de colisión con la Tierra, hecho por ahora poco probable.
- Una ola de suspicacias sustentada en mortíferas cabezas nucleares mantuvo así amenazado a un mundo con equilibrios aún adolescentes y la historia
de tres de los principales científicos más reputados involucrados en la carrera nuclear corrieron caminos divergentes en medio de ella, con diferentes consideraciones finales.
Oppenheimer luego de su despido y la restricción de sus privilegios retorna a la vida académica y viaja por algunos países, yen 1963 por sugerencia de algunos amigos que habían llegado al entorno del entonces Presidente
John F. Kennedy se le otorga el premio Enrico Fermi, siendo luego Lyndon B. Johnson quien le entrega el premio como un gesto de desagravio político.
En la URSS ya en aires de libertad se instala el Premio Andrei Sajarov
por la Paz,
y en 1988 el parlamento europeo instaura en el transcurso de un sesión solemne en Estrasburgo del 10 de diciembre – en fecha rememorativa al día de la firma de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 1948 –, el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, nombrado así en su honor y que se otorga a personalidades y grupos que luchan por los derechos humanos y las libertades fundamentales contra la intolerancia, fanatismo y la opresión, siendo el primer galardonado con el Premio Sájarov, el líder sudafricano Nelson Mandela, y póstumamente para Anatoli Marchenko.
Al igual que Andréi Sájarov, los galardonados con el Premio Sájarov dan testimonio del coraje que es necesario para defender los derechos humanos
y la libertad de expresión. En 1989 también recibió el International Humanist Award de la International Humanist and Ethical Union.
- Nunca se considerará tardía una saludable reflexión aún en medio
de la tormenta, de la culpa y la presión del sistema, más aún cuando esta involucra nuestra propia supervivencia; no hemos aprendido de la historia que ni siquiera millones de años de estancia garantizan perpetuidad en condición de inquilinos dominantes – de ello fueron testigos los muy estúpidos dinosaurios – como para evitar arriesgar nuestro singular hábitat con ingenios mortales, las voces que braman por el dominio y el poder no cuidarán de poner en riesgo a sus semejantes, con tal de satisfacer sus apetitos y defender un credo político que ha puesto sus intereses por encima del elemento humano.
Mientras nuestra capacidad letal se hace sofisticada y masiva
es deber de generaciones afines a la civilización contrapesar las enfermizas jactancias de una especie asesina en potencia.
fuente:BBC
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