y divulgadores de la ciencia del siglo XX.
Es ampliamente reconocido por su libro y serie documental“Cosmos:
Un Viaje Personal”, una de esas joyas imperdibles de la divulgación científica.
Fue galardonado con múltiples premios por sus contribuciones a la ciencia, incluido un Pulitzer.
Y aquí quiero compartir la que considero una de sus más brillantes ideas:
el calendario cósmico.
Era muy habitual en Sagan invitar a sus lectores o espectadores a abrir
la mente y desplegar las alas de la imaginación para comprender de una forma didáctica cómo funciona el Universo.
Y es eso precisamente lo que nos propone hacer con su calendario cósmico:
imaginar los 14.000 millones de años
que lleva el Universo desarrollándose como un intervalo
de 1 año terrestre.
el Big Bang, la “gran explosión” de la cual se originó toda la materia
del universo, así como las tres dimensiones espaciales y la dimensión temporal.
Y a partir de aquí, según los cálculos y las divisiones establecidas por Sagan, cada 1.000 millones de años de la evolución del universo equivaldrían
a unos 24 días, y aproximadamente 500 años reales del universo equivaldrían a 1 segundo del hipotético año cósmico.
De esta forma, los sucesos subsecuentes al Big Bang se darían de la siguiente forma en el calendario cósmico (hasta el mes de noviembre):
Luego de llevarnos a imaginar los interminables periodos de tiempo en la formación del Universo y de nuestro planeta, Sagan nos detalla el mes de diciembre con mayor profundidad.
¿Por qué?
Pues lógico, porque en este mes se da la aparición del ser humano.
Y aquí es cuando se aprecia el golpe mas poético y mejor dado
al injustificado ego de la raza humana: los humanos no aparecen
en el calendario cósmico hasta el 31 de diciembre a las 22.30 horas.
Y la historia escrita, junto con todos los logros y descubrimientos de la humanidad ocupan los últimos diez segundos del calendario.
A ver si comprendemos bien esto: si la historia del universo se cuenta
en un año entero, todos los logros, cultura, tecnología, civilización y varios etcéteras de esa especie conocida como Homo Sapiens se resume en diez segundos de ese año, a partir de las 23 horas, 59 minutos y 50 segundos
del 31 de diciembre.
Sin duda no somos una especie demasiado especial por sobre las demás; así que dejemos de tratar al resto de las especies como si estuvieran puestas en el planeta para el hombre, y démosle el respeto que merece a la naturaleza y todas sus maravillas.
Sin duda no somos los dueños de este planeta; así que dejemos de explotar sus recursos naturales sin conciencia; de envenenarlo, ensuciarlo y maltratarlo como lo hacemos.
Dejemos de pensar que lo somos.
Abramos la mente. Veamos un poco hacia afuera:
hay mucho por apreciar y comprender.
Fuentes:
- The Dragons of Eden: Speculations on the Evolution of Human Intelligence. Carl Sagan. Ballantine Books. 1986.
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