Existen mañanas en las que despertar significa otra cosa.
Significa un lugar extraño,
caminar descalzo hasta el baño, encontrar el baño,
beberte la cara en un espejo,.
Hoy no es necesario que te vayas. Quédate.
Sudar hasta que el cuerpo deje de ser cuerpo,
sentir miedo, asumir que sientes miedo de tu propia imagen,
de ese rostro que parece la pieza final de un arma que se ha montado cuidadosamente hace más de doce horas, cuando aún las palabras y las piernas eran tuyas, y podías decir y podías andar, esperando que lo insoportable fuera muriendo fragmentariamente junto a todo el silencio que hayas podido beberte, pero la muerte no existe, existe la soledad que es una muerte más grande y bastarda, porque la muerte sólo es un vicio de los vivos.
Hay mañanas de esas, donde lo único que recuerdas son las líneas blancas perfectamente alineadas y cortadas sobre el libro de Mafalda la noche anterior, de nuevo mirar tu rostro en el espejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog es un espacio para hablar de ciencias y sentires, compartir aquello que quieras preguntar y vivenciar curiosidades....