La malla es sólo un síntoma.
Puedes tocar lo que hay debajo – pero nunca nombrar,
dices la malla, sus aristas, tranquilidad de púas en palabras dactilares, edema de alambre – pero así fallan tus labios al besar el muro,
pronuncian la caída, no el encuentro
–se dejan pronunciar por un vacío que consiste.
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