Hay un banco de plaza y una esquina
donde el dolor regresa,
una historia de amor y una promesa
con hábito de lágrima y espina;
una terca pasión que se amotina,
oceánica y espesa,
un ajado jazmín sobre la mesa,
una gota de sal en la retina.
donde el dolor regresa,
una historia de amor y una promesa
con hábito de lágrima y espina;
una terca pasión que se amotina,
oceánica y espesa,
un ajado jazmín sobre la mesa,
una gota de sal en la retina.
Un ayuno tenaz, un espejismo
de sed frente al abismo
de su sombra,
un empeño de adiós que no se atreve,
una lluvia que llueve
y un naufragio de voz que enmudece.
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