De entre todos tus colores.
Sólo me dejaste elegir uno.
De entre el blanco de tu piel.
El violeta de tu sonrisa.
El azul de tu tacto.
El verde de tu perfume.
El turquesa de tu espalda.
El naranja de tus despertares.
Y el rojo de tus besos.
Decidí quedarme con el único.
Que nadie podría quitarme.
Y me pinté con el arco-iris de tu presencia.
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