miércoles, 14 de diciembre de 2011

Ese curioso instante...



Ese curioso instante en que sólo te queda una esquina para completar
 el cubo de Rubik de ciertos trabajos o problemas, pero cualquier movimiento te obliga fatalmente a retroceder y deshacer el prodigio, 
sin posibilidad de enmienda. 

Repasas una y otra vez los planos, la secuencia de eventos, y te preguntas con rabia de Tántalo, 

¿en dónde me equivoqué? 

Otra cosa es que, por soberbia o mala fe, 

uno quiera mostrar el resultado de tal modo que nadie advierta 

esa esquina indispuesta

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