La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) ha concluido en un informe
que las barras de combustible del reactor uno de la central nuclear de Fukushima-1 se fundieron completamente a raíz del accidente del 11 de marzo, mientras que las del dos y el tres lo hicieron parcialmente.
Según este informe, recogido por la cadena NHK, las barras de combustible
Según este informe, recogido por la cadena NHK, las barras de combustible
del reactor uno se fundieron completamente formando una masa viscosa que habría caído al agua acumulada en el fondo de la vasija de contención,
por lo que se habría enfriado.
Al precipitarse al fondo de la vasija de contención, el combustible podría haberlo erosionando, disminuyendo su grosor en unos 65 centímetros,
por lo que es posible que en las zonas más delgadas, de 37 centímetros, rompiera la pared provocando una fuga.
En el caso de los reactores dos y tres, el informe apunta que las barras de combustible se fundieron en un 57% y un 63% por ciento, respectivamente, con lo que, probablemente, esta masa viscosa también se precipitó al fondo de la vasija, aunque sin erosión.
En el caso de los reactores dos y tres, el informe apunta que las barras de combustible se fundieron en un 57% y un 63% por ciento, respectivamente, con lo que, probablemente, esta masa viscosa también se precipitó al fondo de la vasija, aunque sin erosión.
El informe, encargado por TEPCO a varios institutos de investigación
y patrocinado por el Gobierno de Japón, se basa en mediciones
de temperaturas y cantidades de agua acumuladas en las vasijas de contención, entre otros datos.
El terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo provocaron un accidente nuclear en la central de Fukushima-1 equiparable al de la central de Chernóbil (Ucrania) del 26 de abril de 1986, considerado por la Agencia Internacional
de la Energía Atómica (AIEA) el peor de la historia.
Como consecuencia del colapso del sistema de refrigeración de los reactores de Fukushima-1, éstos emitieron a la atmósfera grandes cantidades
Como consecuencia del colapso del sistema de refrigeración de los reactores de Fukushima-1, éstos emitieron a la atmósfera grandes cantidades
de partículas radiactivas.
El Gobierno estableció un área de exclusión en un radio de 30 kilómetros desde la central que mantiene fuera de sus casas a unas 80.000 personas.
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