miércoles, 28 de diciembre de 2011

Un simple cuento...



      -¡Se aproxima el fin del mundo!


-Exclamó Nostradamus, que, por una vez, 
era claro en su predicción.

     -No diga usted  esas cosas, Nostradamus. 
Hay que tener mucho cuidado con lo que se dice. 
-dijo Sigmun Freud, al tiempo que se sentaba.
Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.

     -I have a dream- sentenció Marthin Luther King, 
incorporándose a la reunión.

     -Aquí tenemos un político -añadió Groucho March, 
que se unía en ese momento al debate.
-La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, 
hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados. 

Eso es lo que pienso, si señor.
-dio una profunda calada a su puro.

     -Dejen Vuestras Mercedes de perder las energías en vanas conversaciones, y miren que no se les pase la oportunidad de aprovechar estos escasos ratos de disfrute, en los que podemos gozar de tranquilidad y sosiego, campando 
a nuestras anchas por la vida, que después vendrán las lamentaciones. 

Sepan Vuestras Mercedes, que el que no sabe gozar la ventura cuando
 le viene, no debe quejarse si se pasa

.-Explicó Miguel de Cervantes, 
mientras todos escuchaban atentamente.

     -Tiene mucha razón, Don Miguel.-afirmó Oscar Wilde.
-A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, 
y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante,
como está sucediéndonos hoy.

En ese instante, sonaron las campanadas de un reloj y todos los integrantes de la reunión se levantaron súbitamente, saliendo despavoridos, 
cada uno en una dirección. 

Todos se dirigieron a sus puestos.

Dos horas más tarde, un niño caminaba por los corredores,
 de la mano de su madre.

     -¡Mamá, ese hombre de ahí me ha guiñado un ojo!.

      -No digas tonterías, hijo. 
Eso no es un hombre, es la figura de Walt Disney. 

Tendría que haber esperado más para traerte al museo de cera.

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