Me acomodo al indicativo para describir los hechos reales:
Aquí presente, entre mis recuerdos, les digo que yo amo.
Y he amado en un pasado perfecto.
Y, también, en otra forma imperfecta, soñé que amaba.
Pero no fue así y se fue, y simplemente... lloré.
Y una vez llorado, todo lo que tenía que llorar, entonces supe,
que en ese pasado, perfecto, imperfecto, o pluscuamperfecto,
lo importante era que YO había amado.
Y volveré a amar en un futuro próximo.
Sí, sí -auguré y sonreí.
Porque no habrá condicionales, ni simples ni compuestos,
ni subjuntivos que me coman el tarro con hechos hipotéticos,
atractivos quizás, deseados tal vez, pero inciertos.
Pues ya no me sirven los condicionales,
menos los imperativos.
¿Pero cómo? -me pregunté.
Y una voz dentro de mí, dijo:
Amando que es gerundio.
Porque el movimiento se demuestra andando.
Y algún día, en ese presente perfecto,
podré decir que habré amado,
que habré vivido El Amor en Tiempos... ¿de cólera?


No hay comentarios:
Publicar un comentario