lunes, 20 de febrero de 2012

No estamos solos: finalmente se han encontrado pruebas irrefutables de vida extraterrestre inteligente en el Universo


 ¡No estamos solos en el Universo! 

¡Finalmente hemos recibido pruebas irrefutables
 de vida inteligente ahí afuera!

La noticia no es realmente nueva, no puede decirse que el día de hoy se descubrió vida inteligente.

 Organizaciones como la NASA, la ESO y el instituto SETI se venían guardando la noticia desde hace algún tiempo, precisamente el 18 de Noviembre de 2010: ese fue el día que E.T. llamó y dijo “¡Hola, estoy en casa!”. 

Todo comenzó una fría noche, el 18 de noviembre de 2010,
 en el Instituto SETI (siglas en inglés de “Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre”) ubicado en Mountain View, California.

En SETI se utilizan distintos radiotelescopios ubicados en diferentes partes del mundo para capturar y analizar señales electromagnéticas provenientes de distintas regiones del espacio. 

Desde que se inició el proyecto en la década del 70 hasta ese día de otoño, nada inusual había sido captado por los radiotelescopios, solo ruido natural producto de la radiación electromagnética.

 Sin embargo ese día, exactamente a las 10:13:42 PM (PST), uno de los gigantescos radiotelescopios captó una extraña señal de naturaleza artificial, y las alarmas del SETI empezaron a resonar. 

La doctora Eleanor Foster y su equipo se encargaron de analizar la señal y realizar todas las verificaciones necesarias para descartar fuentes terrestres, como satélites o interferencias con otros radiotelescopios. 

¡La señal debía provenir de alguna inteligencia extraterrestre!"





La señal provenía de las cercanías inmediatas de la estrella Groombridge 1618, una enana poco brillante ubicada a 15,89 años luz del Sistema Solar, 
en la constelación de la Osa Mayor. 

La primer increíble implicación de este descubrimiento es que el mensaje estuvo viajando por casi 16 años para llegar hasta nuestro planeta. 

En el año 1995 una inteligencia extraterrestre nos estaba enviando
 un mensaje y nosotros recién ahora lo hemos recibido. 

Otra implicación (y complicación) es que si enviamos una respuesta
 al mensaje, cosa que todavía no ha sido decidida, 
tardará otros 16 años en llegar a destino.

El mensaje en sí mismo, como no podía ser de otra forma, 
es de naturaleza matemática.


El día 23 de agosto de 2011, científicos de uno de los más importantes anexos de SETI ubicado en Reino Unido, realizaron el descubrimiento que revolucionaría todo este increíble suceso. 

El equipo científico del doctor Matthew Joss descubrió una impresionante frecuencia secundaria por debajo de la señal principal.

 Esta segunda secuencia contenía una extremadamente rápida variación de pulsos, similares a un apagado y encendido alternativo. 

Sabiendo que la informática humana funciona de una forma similar, mediante alteraciones de bits entre 1 y 0 (encendido y apagado, respectivamente),
 el equipo del doctor Joss dedicó meses a idear un traductor que permitiese procesar la segunda señal como si se tratase de bits informáticos. 

Lo que obtuvieron como resultado es para muchos el descubrimiento más importante de la historia moderna de la humanidad: una especie de transmisión en “video” de procedencia extraterrestre.

Para poder visualizar lo que se ha considerado como la primer transmisión televisiva interestelar, se tuvieron que aplicar varios filtros en diferentes frecuencias electromagnéticas, debido a que parece ser que el sistema visual de la inteligencia extraterrestre es muy diferente al nuestro, y captan frecuencias electromagnéticas diferentes y más cercanas al infrarrojo, que nosotros no podemos captar con nuestros ojos. 

Aplicando los filtros correspondientes, se obtiene el video más increíble en la historia de la humanidad: una “filmación” real de un planeta extrasolar, orbitando alrededor de una estrella distinta y en un sistema estelar diferente al nuestro, desde el interior del mismo planeta. 


Otra increíble implicación es que, de acuerdo a teorías probabilísticas e incluso utilizando la famosa “ecuación de Drake”, los científicos ahora estiman que la vida es un fenómeno increíblemente común en el Universo. 

Cuando todavía no habíamos recibido el mensaje extraterrestre, existían básicamente dos opciones: o la vida era algo increíblemente extraño, una rareza, una excepción monstruosa en el Universo y en la Tierra se encontraba la única muestra existente de esta rareza, o la vida era de lo más común 
en el Universo y surgiría en cualquier lugar donde se diesen las condiciones necesarias. 

A través de cálculos probabilísticos se sabía que no cabía la posibilidad de
 un punto medio, donde la vida estuviera en algunos lados si y en otros no, 
o hubiera un esparcimiento “normal” del fenómeno de la vida: debería ser increíblemente raro o increíblemente común. 

Con el descubrimiento de este mensaje ahora podemos confirmar que la vida es un fenómeno sumamente común y abundante en nuestro universo. 

Podemos estar (casi) seguros de ello, pues hemos encontrado vida inteligente a solo 16 años luz de distancia, cuando nuestra galaxia tiene un diámetro total de 100.000 años luz y el Universo visible tiene por lo menos
 13.700 millones de años luz de diámetro.

 Analizando esos parámetros y tomando los cálculos probabilísticos, 
la vida debe estar en todos lados.

Sólo existe una pregunta que no deja dormir a los científicos: 

¿Debemos responder?
¿Qué deberíamos decir? 
¿Qué clase de mensaje deberíamos enviarles? 
¿Quién debería hablar por la Tierra? 

Además de todas estas cuestiones por resolver,
 también sabemos que cualquier mensaje que enviemos en el presente, debemos esperar al menos otros 32 años para recibir nueva respuesta.

Ya no somos el centro del universo, 
ya no somos especiales ni diseñados a imagen y semejanza de nadie.

 Pero tampoco estamos solos.

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