miércoles, 28 de marzo de 2012

aquel Faro...

El faro tiene doble personalidad.
Si lo percibimos desde alta mar, da referencia, seguridad,
si desde tierra curiosidad y melancolía.
Si al cabo, lo contemplamos desde nosotros mismos es poesía.
Y si lo despejamos de toda emoción,
 nos lleva a la historia, a la leyenda...


El mar engulle el disco solar dejando un rastro naranja sobre la olas.
 En lo alto del acantilado comienza entonces a emitir el faro su luz amarillenta, uno largo, dos cortos...
Silencio y de vuelta a empezar en la noche lila. 
 Sus luces son intermitentes porque es un faro de ojos azules tuerto...