viernes, 30 de marzo de 2012

el Big Bang... una explosión en perfecto orden.

La curvatura del espacio-tiempo se manifiesta como un efecto marea. 
Si caemos hacia una gran masa sentiremos que nuestro cuerpo se estira 
en la dirección de caida y se aplasta en las direcciones perpendiculares
 a aquella. 
Esta distorsión de marea aumenta a medida que nos acercamos, de forma que para un cuerpo que caiga a un agujero negro de varias masas solares 
el efecto lo destrozaría, destrozaría sus moléculas, sus átomos, después, 
sus núcleos y todas las partículas subatómicas que lo constituyeran. 
Un verdadero efecto desorganizador, y motor de desorden, de la gravedad
 en su máximo exponente. 
No sólo la materia, sino el propio espacio-tiempo encuentran su final 
en las llamadas singularidades del espacio-tiempo que representan
 los agujeros negros.
Son consecuencias que se deducen de las ecuaciones clásicas
de la relatividad general de Einstein y de los teoremas 
de singularidad de Penrose y Hawking.
Si los agujeros negros son singularidades en donde colapsa la materia
y el propio espacio-tiempo, existen otro tipo de singularidades. 
Utilizando la dirección inversa del tiempo nos encontramos con 
la singularidad incial en el espacio-tiempo que llamamos Big Bang. 
Esta singularidad representa todo lo contrario, la creación 
del espacio-tiempo y de la materia. 
Aunque podríamos pensar que hay una completa simetría entre los dos fenómenos, cuando los estudiamos con detenimiento encontramos
que no pueden ser exactamente inversos en el tiempo. 
La diferencia entre ellos contiene la clave del origen de la segunda ley de la termodinámica, la famosa ley que dice que :"La cantidad de entropía, 
o desorden, de cualquier sistema aislado termodinámicamente tiende 
a incrementarse con el tiempo, hasta alcanzar un valor máximo".
 También contine la clave de la llamada flecha del tiempo.



El orden inicial, "las estrellas, fuente de orden y de baja entropía", es el responsable de todo nuestro orden actual y futuro, y de la organización que presentan nuestros organismos vivos.
Hasta tal punto fue ordenada la explosión inicial, que la distorsión destructiva a la que me refería al principio, que tiende a infinito en un agujero negro, fue igual a cero en el Big Bang. 
Esta distorsión del espacio-tiempo, con conservación de volumen, debida al tensor de curvatura espacio-temporal llamado Weyl, fue nula.

A diferencia de lo que ocurre en la implosión de la materia para formar
 un agujero negro, que es un fenómeno capaz de crear cantidades inmensas de entropía (o desorden), en el momento de la "explosión" del Big Bang 
la entropía fue mínima, de hecho es la única forma en que se puede dar
 un Universo con la segunda ley de la termodinámica. 
A partir de entonces la entropía no ha dejado de crecer.

Lo que ocurre es que la "explosión" del Big Bang no lo fue en el sentido que conocemos: algo que estalla en el espacio y en el tiempo, fue el propio "estallido" del espacio-tiempo.

Para entenderlo se suele poner el ejemplo de un globo cuando se hincha. 

Debemos imaginar que la superficie del globo es el propio espacio-tiempo que se ensancha aunque de forma muy violenta, formando el propio espacio-tiempo que conocemos. 
No hay un centro estático de la explosión, porque todo se aleja de todo,
 tal como observamos en la expansión actual del Universo.