sábado, 3 de marzo de 2012

El viejo almacén de don Antonio.


El almacén anuncia
la gloriosa fragancia de sus mercaderías:
la cerveza espumante de otros mundos,
el limpiador de almas y camisas,
las estampillas de la vía láctea.

Y entre tantos paquetes y parroquianos
vasos de luz, cordeles y encomiendas,
el brillo singular de una baraja.

Entonces
los vecinos se dan cita
entre el alero de chapa
y el viento de la tarde
a rematar en brisca bulliciosa
la vida que les queda por delante.

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