miércoles, 21 de marzo de 2012

Más allá de todos...

Marcho al ritmo de tu risa que adivino en el sol de la calle.
 Entre seres resignados que abrazan maletines y carpetas envueltos
 en el sudor de su hastío. 
Yo, en cambio, entibio tu nombre contra mi pecho
y le canto una canción de cuna en secreto.
 Los peatones y conductores apenas me notan, 
absortos en sus propios conflictos.
 Les alivia pensar que los que deambulan cargan con sus problemas.
 El mal ajeno es un buen sedante. 
Yo vuelvo a tu palabras y un cálido sentir me crece en el estómago.
 Sonrío y mi sonrisa no estaba prevista sobre la vereda.

 ¿Qué importa de qué lado del cristal está la realidad?
 Me olvido de los ajetreos mundanos
 y confirmo que en tu sentir vivo.

Te soplo un beso.
Tómalo...respíralo...siéntelo

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