jueves, 22 de marzo de 2012

Rescatando a la Filosofía en el origen del Universo.

Una de las cosas que más me cuesta entender siendo físico es cómo es posible que el tema del Origen del Universo haya dejado de ser un problema filosófico, dejándoselo con exclusividad a astrofísicos y cosmólogos… 
No comprendo el hecho de que no aparezcan títulos en las librerías que se titulen “El concepto de inflación cósmica en el segundo Hawking”
 o “La expansión del Universo desde una perspectiva fenomenológica”.
En fin, síntomas del anquilosamiento de una noble disciplina que necesita
 una tremenda renovación.  
En pro de poner un granito de arena en solucionar este problema voy a hablar de una de las teorías cosmológicas más sorprendentes y atrevidas
 de la actualidad: la teoría de los universos múltiples.
El cosmólogo soviético de la Universidad de Tufts Alexander Vilenkin piensa que más allá de lo que consideramos Universo observable, existen otros universos, infinitud de universos que tuvieron sus propios big bangs 
(ríanse ustedes de la navaja de Ockham y de eso de no multiplicar los entes sin necesidad).
 Así mismo, esos universos se encuentran dentro de otros Universos siguiendo un patrón fractal, como si de un juego de muñecas rusas se tratara.
 Los universos son como burbujas “flotando” 
en lo que se denomina falso vacío. 
Así, tendríamos universos dentro de universos hasta llegar al falso vacío primigenio, del cual habrían surgido los primeros big bangs.

¿Y qué es el falso vacío? 

El vacío surge de quitar toda las partículas y toda la radiación
 de un espacio concreto. 
Siguiendo la concepción espacial de Newton, en la que el espacio es el gran continente de la materia, algunos físicos pensaban que ese espacio concreto tendría una densidad energética cero, es decir, que estaría realmente vacío. 
Sin embargo, Vilenkin desmiente eso afirmando que el vacío 
no está realmente vacío (es diferente de la nada. Llore señor Parménides), sino que tiene presión y puede estar en diferentes estados energéticos. 
Podrían existir vacíos con unas densidades energéticas muy altas (estos son propiamente, los falsos vacíos) que tendrían unas propiedades físicas algo extrañas: cada centímetro cúbico tendría una masa equivalente a la Luna, gravedad repulsiva y una alta inestabilidad que los hace decaer en vacíos
 con densidades energéticas más bajas. 
Al decaer, el falso vacío genera un enorme excedente energético que se transforma en partículas y radiación (he aquí la creación de nuestro Universo). 
Además, este falso vacío y su “antigravedad” o fuerza de repulsión explicaría el periodo de inflación cósmica inmediatamente posterior al Big Bang.




El número de universos generado en este Multiverso es infinito, 
pero no los sucesos que en él pueden ocurrir. 
De ese modo la teoría del eterno retorno de Nietzsche puede tener sentido.
 Si el número es infinito pero los eventos que ocurren no, necesariamente, todas las posibilidades se darán y se repetirán… ¡infinitas veces! 
Mi vida se está viviendo exactamente igual a como la vivo yo ahora en infinitos universos paralelos. 
Pero es más, no sólo hay infinitos Gustavos tecleando este mismo texto en sus computadoras, sino que hay infinitos Gustavos que no lo están haciendo porque escriben otro sobre cuentos de luna llena, el estado de la economía o veinte formas de hacer un café… 
Desde luego, creernos el centro del Universo 
deja definitivamente de tener sentido. 
El Cosmos en su totalidad es un lugar donde se dan una y otra vez todas 
las posibilidades posibles… 

No hay comentarios: