viernes, 30 de marzo de 2012

simplemente... Soy

"No sé cómo puedo decir cosas tan fuertes siendo tan sensible"


Mi peor defecto es la sinceridad visceral.
 Esto no es metáfora sino que expresa claramente lo que me sucede:
 digo las cosas como las siento en la carne, en el momento y no como las elabora la razón minutos después.
 Realmente es un gran problema sobre todo porque uno va por el mundo dañando a gente que quiere bien.
 Ampliando el círculo de los damnificados esta clase de sinceridad complica la vida en sociedad, es incivil. 
Aunque no me animo a decir "bárbaro" porque creo que hasta los bárbaros se cuidan de que sus congéneres no les machaquen sus cráneos
 por una opinión intempestiva.
Por otro lado, en mi defensa señor juez S. Ego, puedo alegar que a lo largo de mi vida también padecí la sinceridad visceral ajena. 

A lo largo de mi vida he recibido improperios de distinta índole
 y todos me dolieron muchísimo.
 Jamás pensé en cuántas cosas horribles habré dicho y me pregunto, 
¿cómo evitarlo? 
Yo no quiero ser una mala persona, realmente no lo deseo pero las cosas 
se me vienen como una ola imparable.
 Me gustaría poder controlarlo y a la vez ser sincero, aunque sea parcialmente porque de otro modo me traicionaría.
 ¿Es eso posible? 
Creo que la gente amable es feliz y que la gente sincera cambia el mundo. Me encuentro con una suerte de conflicto de Aquiles el cual albergo
 la esperanza sea resoluble con sobredosis de sutileza.

¿Alguien conoce algún vendedor de sutileza?
 Este escrito mismo es fruto de mi síndrome de abstinencia de ella.