sábado, 21 de abril de 2012

Aquella imagen...


Mis padres amanecían juntos; mi madre con la cabeza 
apoyada en el pecho de mi padre.
 Ambos tenían los ojos cerrados y parecían perfectamente uno.

 Si encuentras a una persona así, alguien a quien puedas abrazar
 y con la que puedas cerrar los ojos a todo lo demás,
 puedes considerarte afortunado. 

Aunque solo dure un minuto, o un día.
 Después de tantos años, esa imagen de mis padres meciéndose suavemente al son de la música es, para mí, la imagen del amor.