sábado, 5 de mayo de 2012

Su propio Déja-vú...


En ese instante había sido como todas las otros instantes
donde su mente al dormir,
lo había llevado a aquella plaza donde el otoño hacía volar hojas por doquier.
El viento avisaba soledad en el lugar y las sombras
solo pertenecían a los árboles
En su sueño, solo estaba ella.
Sentada en un banco leyendo aquel libro.
Al observarla se levantaba se le acercaba y la abrazaba fuerte.
Luego se alejaban tomados de la mano por el angosto
camino que llevaba a ningún lugar.
Sueño que se había repetido durante los 5 días ya pasados.
Ya nervioso tomo su abrigo y comenzó a caminar sin rumbo fijo,
las calles estaban vacías y el viento se hacía notar mientras las hojas iban
y venían sin parar.
Entró a aquella plaza que vio frente a ella y caminó lento.
Ahí estaba ella.
Sentada leyendo aquel mismo libro.
La miró detenidamente, y ella asustada se paralizó.
Él comenzó a acercarse lentamente, sin dejar de sonreír.
Llegó frente a ella sin dejar de sonreírle tiernamente,
la miró y la besó.
Ella rió nerviosa.
Después del largo silencio y tomados de la mano,
caminaron por el angosto camino que llevaba a ningún lugar.