viernes, 15 de junio de 2012

aquellos Viejos Buzones...


Alguien debiera hacer algo por esas pocas cartas que duermen en los estómagos postales.
 Es que ya nadie abre los buzones. 
Y esto ocurre hace años. 
Pero claro, a Ud. no le interesa porque despacha su correspondencia por 
e-mail. Lo cierto es que los Jefes de las Oficinas de Correos son reemplazados por jóvenes que los olvidan porque simplemente no se dieron cuenta 
de que están ahí. 
Esos enanos rojos que hay en algunas esquinas parecen haber desaparecido del paisaje porteño.
 Yo sé que hay personas que aún los ven. 
Un señor mayor que le despacha una carta a su hijo que vive lejos,
 con estampillas y todo.
 O un chiquito que les deja un pedido a los Reyes Magos porque no confía
 en sus papás. 
Incluso algún travieso que mete en la ranura una hoja de papel de diario embadurnada con pegamento, o la hoja seca de un paraíso. 
 Estoy seguro de que algún Jefe Jubilado, de puro responsable que es, 
ha conservado una copia de la llave maestra de todos 
los buzones de Buenos Aires. 
Y cuando me la preste los abriré y me encargaré de que lleguen sus contenidos a destino, aunque sea demasiado tarde y el remitente haya muerto o ya no crea en los Reyes Magos. 
Y es mejor una carta que llega tarde a una que no llega jamás.