Prometeo encolerizó de tal forma a Zeus que éste determinó
quitar el fuego a los hombres.
Esperaba así castigar indirectamente a Prometeo que se consideraba benefactor de la humanidad.
Pero Prometeo, al que gustaba presumir de astuto, entró sigilosamente en
el Olimpo robando tan preciado tesoro del carro del dios Sol
para devolverlo a los desamparados mortales..
La pantalla se apaga, la música queda en silencio,
como un resorte tu dedo avanza hacia el interruptor de la luz... nada, movimiento en los pasillos; es un corte para una reparación,
son cinco minutos... cinco que se convierten en trescientos segundos eternos, cualquier acto cotidiano se vuelve imposible, y entonces haces lo único
que puedes hacer, te sientas y cruzas los dedos para que Prometo
acabe pronto en el Olimpo...