sábado, 21 de julio de 2012

¿De qué está “hecha” la memoria?


¿De qué está “hecha” la memoria? 
A veces pienso que de un material espeso, viscoso, denso y muy indiscriminado, sin selección previa alguna.

Un océano de imágenes que evocan recuerdos y al nadar en él desaparecen como burbujas que explotan o se reafirman con una nitidez sin medida.
 En ocasiones nos parece haber perdido, meses, años, décadas de nuestra vida, pero de pronto: un olor, una comida, un vino, una canción, un objeto, ponen delante todo el universo de las constelaciones que componen 
un fragmento de la vida y reconstruimos nuestra historia.
Aquel lugar, un veladores de mármol, sillas tapizadas en terciopelo rojo desvaído, algún que otro diván corrido en el fondo, paredes cubiertas de madera oscura color caoba.
 Tenía un encanto especial.
Allí estaba yo, esperando a que pasase el aguacero, mirando alrededor de un modo indolente cuando de repente algo se encendió en mi memoria, 
tuve la sensación imprecisa de que  había estado  y vivido allí algo
 y de que faltaba alguien.
Una inquietud se desató en mí, me dispuse a observar detenidamente el lugar y después cerré los ojos intentando buscar afanosamente algo que desencadenase el recuerdo. Nada.
Se acercó el mozo y pedí un café.
Seguí buceando en la memoria y de pronto descubrí en un rincón un cuadro
 y debajo de él una mesa distinta, más amplia
 y como un destello apareció su caminar.
 Recordé todo inmediatamente.
 Así, un día de aguacero, una mesa y un cuadro fueron suficientes
 para que viviera otra vez aquel instante una vez olvidado...