martes, 28 de agosto de 2012

El violonchelista...


Baja con su violonchelo y un taburete por la estrecha escalera 
y sale a la calle desierta. 
La guerra sigue desatada a su alrededor y él se sienta en el pequeño cráter que la bomba ha abierto en el lugar de impacto. 
Toca el Adagio de Albinoni.
 Lo hará a diario durante veindos días, un día por cada persona asesinada.
 O, cuanto menos, lo intentará. No está seguro de que vaya a sobrevivir. 
No está seguro de que le queden suficientes adagios.

El violonchelista de Sarajevo - Steven Galloway.