Los científicos y los educadores siempre han sabido que atiborrar no es un medio eficaz para recordar cosas. Con sus últimos descubrimientos, los investigadores del Instituto de neurología RIKEN en Japón, estudian los movimientos oculares de ratones entrenados, han dilucidado el mecanismo neurológico que explica por qué esto es así.
De la publicación en el Journal of Neuroscience, se sugiere que la síntesis de proteínas del cerebelo juega un papel clave en la consolidación de la memoria, lo que arroja una luz sobre los procesos neurológicos fundamentales que gobiernan la forma en que recordamos.
El "efecto espaciado" se descubrió por primera vez hace un siglo, y en él se describe la observación de que los seres humanos y los animales son capaces de recordar las cosas con más eficacia si el aprendizaje se distribuye en un largo período de tiempo en lugar de realizarse de una vez. Este efecto se cree que está muy relacionado con el proceso de consolidación de la memoria, en el que la memoria a corto plazo se estabiliza en la de a largo plazo, sin embargo, el mecanismo subyacente neuronal que esto implica no quedaba claro.
Para aclarar este mecanismo, los investigadores desarrollaron una técnica basada en el fenómeno de respuesta horizontal optocinética (HOKR), un movimiento compensatorio de los ojos que pueden ser utilizados para cuantificar los efectos del aprendizaje motor.
El estudio de HOKR en ratones, halló que los efectos a largo plazo del aprendizaje dependen en gran medida del entrenamiento que se lleve a cabo al mismo tiempo ("la formación en masa"), o en intervalos espaciados ("formación espaciada"): mientras que las ganancias ocasionadas por la formación en masa desaparecía a las 24 horas, las obtenidas por la formación espaciada se mantuvieron por más tiempo.
Investigaciones anteriores sugieren que, este efecto de espaciamiento es el producto de una transferencia del rastro de memoria del flóculo, una región de la corteza del cerebelo, que conecta con los núcleos motores que participan en el movimiento del ojo, hacia otra región del cerebro conocida como núcleo vestibular (ver imagen). Para verificar esta idea, el equipo administró anestésico local en el flóculo y estudió su efecto en el aprendizaje.
Mientras que las ganancias de aprendizaje de los ratones que habían sido sometidos a una hora de entrenamiento masivo se eliminaron, las de los ratones que habían sido sometidos a la misma cantidad de formación espaciada durante cuatro horas no se vieron afectados.
Para explicar esta observación, los investigadores descubrieron que el efecto espaciado se vio deteriorado cuando los ratones fueron infundidos con anisomicina y actinomicina D, unos antibióticos que inhiben la síntesis de proteínas. Este descubrimiento final, sugiere que las proteínas se producen durante la formación, desempeñando un papel clave en la formación de la memoria a largo plazo, y ofreciendo por primera vez una explicación neurológica de los bien conocidos beneficios de la formación espaciada,
así como la gran excusa para tomarnos un merecido descanso.
Referencia: ScienceDaily.com, 17 junio 2012
Fuente: RIKEN .
Imagen: Riken .
Referencia diario: T. Okamoto, S. Endo, T. Shirao, S. Nagao. Role of Cerebellar Cortical Protein Synthesis in Transfer of Memory Trace of Cerebellum-Dependent Motor Learning . Journal of Neuroscience , 2012; 31 (24): 8958 DOI: 10.1523/JNEUROSCI.1151-11.2012 .