Cayo Suetonio refiere que el 1 de enero del año 49 a.c.,
Julio cesar se topo con una figura sobrehumana junto al río Rubicón.
La vida de César se ve salpicada de apariciones de apariencias sobrehumanas, entre las que destaca el objeto ígneo que cayó del cielo para precipitarse sobre el campamento de su adversario Pompeyo, en el año 48 a.c.,
para decidir la victoria finalmente a favor de César.
Año 42 a.c., en Italia, algo como un proyectil se elevó de la tierra con gran ruido y se desplazó hacia el cielo.
Tito Livio informa por su parte: “Naves fantasma han sido vistas brillando en el cielo… Mientras que en el distrito de Amitermo aparecieron en muchos lugares “hombres” con vestidos destellantes, de lejos y sin acercarse a nadie”.
En el “Libro de los Prodigios”, el historiador Julio Obsequens recoge textos originales de Cicerón, Tito Livio, Séneca y otros.
Podemos leer allí: "Siendo cónsules Cayo Mario y Lucio Valerio, se pudieron ver en diversos lugares de Tarquinia un objeto que semejaba una antorcha encendida que súbitamente cayó del cielo.
Hacia el anochecer se vio un objeto volador circular,
parecido en su forma a un clypeus
(escudo redondo usado por los romanos) llameante,
que cruzaba el cielo del oeste hacia el este."