¿No es toda ciencia, al menos, una ontología?,
¿dónde comienza la física y acaba la metafísica?,
¿es posible una física sin metafísica?;
¿no necesita la razón de la fe, de una convicción fundamental sobre lo que el mundo es?, ¿cuál es la función de la fe en la construcción científica del mundo?,
¿qué supone el cambio de creencias fundamentales para la ciencia?
Una respuesta:
La metafísica constituye la punta del estandarte del ejército del conocimiento, los puestos más avanzados durante la penetración en un país enemigo desconocido; son imprescindibles aunque, como todo el mundo sabe, se encuentran expuestos a un grave peligro.
O bien: la metafísica no pertenece al edificio del conocimiento pero,
sin embargo, es el andamio de madera al que no se puede renunciar para continuar edificando.
A lo mejor está permitido afirmar que: la metafísica se transforma con el correr del tiempo en física -por supuesto, no en el sentido en el que podía aparecer antes de Kant-; o sea, nunca asegurando poco a poco la opinión insegura, sino aclarando y modificando el punto de vista filosófico.