Cuántos cadáveres llevo dentro, de tiempo, de amores, de sueños.
Cuántos acordes aún sin tocar, sin dibujar, sin volar.
Cuántas veces la misma piedra, la misma mano, la misma uña, el mismo beso.
Cuántas veces repetiré el mismo renglón, oiré el mismo eco, beberé la misma luz
descorreré la misma sombra.
Espirales, Somos espirales.
Al borde de todo, tan cerca de casi nada.
Aquí, en este vértice de simetría absoluta,
el que no se deja empapar por la lluvia,
el que no contempla el dolor como una caricia,
el que no inventa espacios compartidos...
Llevo en el alma cenizas y llamas.